Mieres / Langreo,

Miguel Á. GUTIÉRREZ

El aumento en la cifra de partos constatado el pasado año no ha sido suficiente para rejuvenecer el tejido demográfico de las comarcas mineras. Las Cuencas, a pesar del repunte, siguen a la cola en los índices de natalidad registrados en Asturias, con cinco alumbramientos por cada mil habitantes. Esta cifra es dos puntos inferior a la que se constata en Gijón y Avilés, y se sitúa casi tres puntos por debajo de la registrada en el área sanitaria correspondiente a Oviedo. Por el contrario, los valles carboneros se sitúan a la cabeza de la zona centro de la región en la tasa de mortalidad, con 12 fallecimientos por cada millar de vecinos.

Así lo refleja la memoria de actividad del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa), correspondiente al pasado ejercicio. El caso más alarmante es el del área del Caudal, que contabiliza una tasa bruta de natalidad de 4,8 bebés por cada mil habitantes, la más baja de Asturias en términos absolutos. Algo mejor está la situación en el valle del Nalón, donde el índice de alumbramientos alcanza una tasa de 5,8 puntos. A estas cifras sólo se acercan las alas de la región, las zonas en las que más se ha dejado sentir el éxodo poblacional en los últimos años. En cambio, el eje central de la región presenta una situación más alentadora que la de los valles mineros. La tasa en el área de Oviedo es de 7,9 nacimientos por cada millar de vecinos y en Gijón, de 7,3.

La comparativa no engaña y revela que el ritmo experimentado por los partos en la comarca del Nalón y del Caudal aún resulta insuficiente. Las Cuencas contabilizaron el pasado año 876 partos, frente a los 817 del ejercicio anterior. Resulta contradictorio que fuese precisamente la comarca del Caudal la que abanderase el crecimiento, con 59 partos más que en 2006. En el Hospital Valle del Nalón, se produjeron dos nacimientos más en el ejercicio pasado que en 2006. En ambos casos, la evolución es insuficiente para converger con el área más pujante de la región.

Los datos sobre la tasa de mortalidad (12 decesos por cada mil vecinos en las Cuencas) también pone de manifiesto el desequilibrio que todavía existe con la zona central asturiana. Avilés y Oviedo se mueven en 10 fallecimientos y Gijón, en 11. En este caso, es el Oriente la zona en la que se registran más decesos proporcionalmente, 15 por cada millar de habitantes.