Langreo, P. CASTAÑO

Las organizaciones ecologistas están abriendo un frente contra la captura y almacenamiento de dióxido de carbono (CO2), el salvavidas al que se agarra el sector del carbón para garantizar su futuro. Más de un centenar de organizaciones no gubernamentales se han sumado al llamamiento de Greenpeace para demandar que la captura y almacenamiento de CO2 no se utilice como «una excusa» para continuar quemando carbón para generar electricidad y para construir nuevas centrales térmicas.

Greenpeace ha puesto en marcha a nivel mundial una campaña para exigir a los gobiernos y a las compañías energéticas que den prioridad a las inversiones en «soluciones energéticas sostenibles». Según Greenpeace, «la promesa de la captura y almacenamiento de carbono menoscaba a las verdaderas soluciones y puede hacer fracasar la lucha contra el cambio climático». A la declaración de Greenpeace se han sumado más de un centenar de organizaciones de todo el mundo, varias de ellas españolas, como Ecologistas en Acción, y algunas de ámbito regional y local como la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies, la Coordinadora Ornitolóxica d'Asturies, Colectivo Ecologista de Avilés y la Asociación Medioambiental «La Cirigüeña», de Morcín.

«Demasiado tarde»

La declaración conjunta señala que la captura y almacenamiento de carbono ha sido propuesta como una manera de evitar la contribución al cambio climático, pero añaden a renglón seguido que, tal como señala el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, «llegará al campo de batalla demasiado tarde para ayudar al mundo a evitar un cambio climático peligroso» porque en la actualidad no hay centrales térmicas de carbón a gran escala que incluyan la captura del carbono. Por ese motivo reclaman a gobiernos y empresas que destinen las inversiones a las energías renovables y a la eficiencia energética, «las verdaderas soluciones para detener un cambio climático peligroso».