El Entrego,

Lucía CORTINA

Raúl e Iván cogieron la plancha por primera vez para comprobar que la tarea no es nada fácil. Omar, sin embargo, cosió su primer botón. Son jóvenes, alumnos del Instituto de El Entrego y se acercaron a algunas de las labores domésticas más desconocidas para la mayoría de los hombres, con su participación en un programa para fomentar la igualdad en los centros educativos.

Porque una de las principales reivindicaciones efectuadas por quienes defienden la igualdad entre ambos sexos es que la mujer pueda conciliar su vida laboral y familiar.

Ente las fórmulas para lograrlo destaca el reparto de tareas. Los roles en el hogar comienzan a difuminarse, los papeles se intercambian y el hombre ha de compartir labores que hasta ahora realizaban, de forma mayoritaria, sus madres, esposas, hermanas o hijas.

El profesorado del Instituto de Enseñanza Secundaria Virgen de Covadonga, de El Entrego, lucha con las armas de que dispone -las didácticas- para conseguir cambiar la mentalidad de sus alumnos y educarlos en la igualdad. Con este fin se celebraron en el centro educativo unas jornadas en las que los estudiantes varones realizaron tareas como aprender a planchar, cocinar o coser un botón.

Los organizadores de estas actividades atípicas en un instituto -el consejo escolar de igualdad efectiva y la asociación de padres y madres- realizaron una encuesta entre sus alumnas para que propusieran actividades con las que configurar la programación de las jornadas.

Respuesta favorable

Mayoritariamente decidieron organizar talleres en los que el alumnado masculino aprendiera a realizar las tareas domésticas básicas, a las que se sumaron cursos de aerobic, baile moderno y de salón, peluquería y estética, tenis y voley de las que disfrutaron, fundamentalmente, las alumnas.

La respuesta fue muy favorable por parte de todos los estudiantes del centro entreguín, que abarca edades comprendidas entre los 12 y los 18 años. Pese a que las actividades sólo se prolongaron durante un día, parece que la meta perseguida se ha alcanzado. Raúl Castaño e Iván Muñoz, que siguieron las indicaciones de los profesores Pedro Barbado y Felipe Ledesma, cogieron una plancha por primera vez, y declararon: «Esto no es nada fácil». Conscientes de la ardua tarea que supone para sus madres, se mostraron dispuestos a «echar una mano en casa y planchar alguna vez».

Para Omar Gutiérrez, sin embargo, el mayor de los retos fue «coser mi primer botón». Así lo declaró mientras elaboraba uno de los platos en el curso de cocina. Diversificó su labor doméstica: cosió y cocinó.

La primera edición de las Jornadas de coeducación, discriminación positiva y conciliación -su nombre completo- incluyeron, además, un ciclo cinematográfico con la proyección en el salón de actos del centro de películas como «Agua», «Quiero ser como Beckham» o «Las mujeres de verdad tienen curvas». El equipo docente defendió el «carácter eminentemente lúdico» de todas estas actividades, además de lograr, a través de ellas, que la discriminación sexual se vaya difuminando.

Coordinador de igualdad

Hace sólo un año que existe en los centros de Enseñanza Secundaria la figura del coordinador de igualdad, que en el caso del Virgen de Covadonga encarna la profesora Asunción Hevia, del departamento de Cultura Clásica. Desde entonces, se han instaurado varias normas que han pasado a formar parte del reglamento de régimen interno del instituto, como penalizar a aquellos alumnos que profieran insultos de carácter machista a sus compañeras.

Pese a las muchas labores desarrolladas por los docentes para conseguir el cambio social que persiguen, consideran que el ejemplo que los alumnos reciban en sus casas tiene más peso aún, es más trascendente. Según explica Asunción Hevia, «somos conscientes de que en estas edades los cambios se producen de forma muy lenta, y que a veces lo que se hace en el centro es una ayuda muy pequeña».