Langreo, M. R. G.

El catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo Juan Ignacio Ruiz de la Peña presentó en la Casa de la Buelga de Ciaño su nuevo libro «Los orígenes de Oviedo». El acto fue organizado por la asociación Cauce del Nalón, con la colaboración del club de LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. Ruiz de la Peña comenzó su intervención exponiendo que los descubrimientos que se hicieron el año pasado en el centro de Oviedo «suscitaron un debate mediático que se salió de tono». «Esos hallazgos confirmaron algo que ya se sabía, que es la intensa romanización de Asturias. Vestigios romanos los hay, pero esos restos sólo atestiguan que allí hubo un asentamiento romano; sin embargo, Oviedo no es una ciudad romana, es una creación de la Monarquía asturiana», afirmó.

El profesor citó las tres etapas en la historia de las ciudades: «Hay una etapa preurbana, otra protourbana y la propiamente urbana», y añadió que «las características que definen a una ciudad como ciudad serían el derecho privilegiado (frente al mundo feudal), ciertas cotas de autogobierno, la función de capitalidad administrativa, la compacidad de la población (cuyo rasgo físico sería la muralla) y las funciones artesanales y mercantiles». Ruiz de la Peña destacó que «la fundación de Oviedo obedece a razones políticas, es una ciudad de creación. Alfonso II el Casto tomó esta decisión».

Ruiz de la Peña citó algunas de las fuentes de investigación más fidedignas. «Las crónicas que Alfonso III el Magno encargó para dejar constancia de su reinado constituyen la fuente más importante de conocimiento sobre los orígenes de Oviedo y la Monarquía asturiana», señaló. El catedrático también citó los diplomas y las fuentes arqueológicas, que «adquieren rango de fuentes privilegiadas». Ruiz de la Peña quiso mencionar su «disconformidad» con el tratamiento que los monumentos prerrománicos asturianos están recibiendo y señaló que «sin esos monumentos, lamentablemente mal tratados, la imagen que tendríamos de la Monarquía asturiana sería mucho más pobre. No entiendo cómo algo que es Patrimonio de la Humanidad está en esta situación. Yo los invito a que vayan a las cuatro de la madrugada cualquier día por el Naranco, no hay ningún tipo de vigilancia. Es un desastre y una vergüenza, y me gustaría poder comprender qué doble moral es ésta». «El carácter fundacional está clarísimo, tenía la función de capitalidad política por expresa decisión de Alfonso II el Casto. Oviedo es la ciudad más antigua de la España cristiana de la Reconquista. Ni siquiera los reyes carolingios tenían panteones reales propiamente dichos, y Alfonso II construyó un panteón real en la basílica de Santa María y con ello creó la memoria histórica de su linaje», apuntó Ruiz de la Peña. El profesor señaló que «Alfonso III el Magno culmina la urbanización de la ciudad, según dice la crónica, que probablemente se refiera a que dotó a Oviedo de diócesis». «En el siglo XII Oviedo ya era una ciudad consolidada, tenía ordenamiento jurídico propio, actividades mercantiles, autonomía de gobierno, y se delimitó el trazado de la muralla, definiéndose así su espacio urbano. Era también una ciudad santuario y tenía una burguesía pujante», concluyó el catedrático de Historia Medieval.