Socorrista de la piscina de Paxío, en Mieres

Paxío (Mieres),

C. M. BASTEIRO

La vida de Raúl Díaz transcurre entre equipamientos deportivos. En invierno, este joven ovetense se dedica a ofrecer clases de pilates y natación bajo techo. Cuando llega el verano, se gana la vida como socorrista en las piscinas al aire libre, y este año le ha tocado en la de Paxío, en Mieres. Ayer no había muchos bañistas, con el cielo nublado y amenazando lluvia, así que el socorrista aprovechó para darse un baño y cuando salía del vaso relató cómo se presentan los meses de estío.

-¿Cómo está el agua?

-Genial. Esta piscina tiene fama de ser muy fría pero yo la encuentro perfecta, hacer unos largos o darse un baño siempre sienta bien.

-¿Cómo le va su trabajo de verano?

-Bien, aunque el tiempo está un poco raro, así que no tenemos mucha gente. Sin embargo, cuando hace bueno esto se llena. Hubo un par de días que vinieron más de cuarenta personas, aunque otros días los bañistas se tiran para atrás. Ayer (el pasado martes) estaba lleno pero cuando empezó la tormenta la gente empezó a correr. Era de risa.

-¿Hasta cuándo estará aquí?

-Hasta el cierre, el 15 de septiembre. Sólo pido que todo siga tan tranquilo como hasta ahora.

-¿Ningún incidente?

-Nada, por el momento todo va sobre ruedas, sin atragantones ni sustos.

-¿Es la primera vez que trabaja como socorrista?

-Qué va, llevo dedicándome a esto mucho tiempo. Cuando acabé el instituto hice un módulo de Educación Física y desde entonces trabajo en las piscinas por el verano. Ya me he recorrido casi toda la región.

-Entonces, ¿ya había estado en Paxío?

-No, esta es la primera vez que trabajo en un equipamiento de la comarca del Caudal.

-¿Le ha sorprendido?

-Sí, muy gratamente. Me gusta el ambiente, la tranquilidad y el paisaje, nunca había visto algo así. Si pudiera escoger me quedaría con esta zona siempre. Me encanta.

-¿No encuentra ni un sólo inconveniente?

-Bueno, nada en especial. Lo que menos me gusta de ser socorrista es cuando hay poca gente, porque resulta aburrido. Pero eso no sólo pasa en Paxío, pasa en todos los sitios.

-Y lo que más le gusta de su trabajo es...

-Sueles estar en contacto con la naturaleza y conoces mucha gente. Aunque no lo parezca, desde la silla del socorrista se capta a las personas y, a veces, llegas a hacer amistades. Este es otro de los motivos por los que me gusta que vengan bañistas.

-Entonces, ¿prefiere «barullu» en la piscina?

-La verdad es que sí. Me gusta ver a los bañistas entrar y salir del agua, reírse y jugar. A veces hasta los envidio un poco.

-Un consejo para los usuarios de Paxío...

-Mojarse poco a poco en lugar de zambullirse de golpe en el agua, respetar las horas de la digestión y evitar las comidas copiosas. A los padres les tengo que pedir sumo cuidado con los niños, sobre todo si son pequeños.

-Esperemos que le hagan caso...

-Sí, porque en todos los manuales del buen profesional dicen que el mejor socorrista es el que nunca tiene que meterse en el agua. Mejor prevenir que curar.