Boo (Aller),

C. M. BASTEIRO

Los veranos infantiles de la soprano Beatriz Díaz no delataban que, en poco tiempo, se convertiría en una de las mejores voces del panorama lírico internacional. Aunque parezca mentira, aparte de recuerdos «cotidianos» de cualquier niña, la talentosa y reconocida soprano acumula unas cuantas derrotas en los concursos de canción infantil de las fiestas patronales de San Xuan de la localidad allerana de Boo.

La cantante pasaba los meses centrales del estío en el pueblo leonés de Villada. El plan de sus días veraniegos era de lo más cotidiano. «"Güelita y güelito" tenían una casa en León, así que iba mucho por allí. Por la mañana me pasaba por la piscina para soportar el calor. Por la tarde me juntaba con los vecinos en la plaza del pueblo para charlar», explica Díaz con la naturalidad que la caracteriza. Eso sí, «como todavía no me atrevía a cantar en público, nunca actué para los vecinos de Villada».

Donde sí se animaba a cantar era en su pueblo natal. Cada verano se subía al escenario improvisado de las fiestas patronales de San Xuan en Boo para participar en el concurso de canción infantil. «Me encantaba, porque podía ganar un juguete haciendo lo que más me gustaba». Eso sí, entre risas, recuerda que «muchas veces perdía; por casa creo que tengo cuatro copas o así, pero participé en muchas ediciones».

Con el tiempo, los estíos de Beatriz Díaz cambiaron. «Cuando me hice un poco mayor, conocí la noche de Gijón y empezó a costarme más ir a Villada, así que me quedaba más tiempo por Asturias». Lo que más echa de menos de sus estíos infantiles es, sin lugar a dudas, «la tranquilidad». De hecho, los ratos libres en Villada tenían un sabor propio: «Nos sentábamos en los bancos y comíamos pipas Facundo, que eran de la tierra», recuerda.

Desde hace unos años, sus planes veraniegos son muy distintos. A finales de mes, Beatriz Díaz actuará en «Operalia», uno de los concursos de canto internacional más prestigioso, organizado por Plácido Domingo. Mientras tanto, Díaz sigue trabajando en distintos proyectos internacionales, como sus recientes interpretaciones en Génova e Italia bajo la dirección del prestigioso Ricardo Muti.

Pero cada vez que tiene un rato libre, la joven se escapa para pasar unos días en su pueblo natal. Con una agenda muy apretada, cuando vuelve a Boo llega cargada de cosas que hacer: «No me da tiempo a nada, ando de aquí para allá pero siempre está bien volver a casa de vez en cuando».

Su amor por la tierra y su buen hacer en los escenarios hicieron que este año Beatriz Díaz se ganara la primera medalla de oro del Ayuntamiento de Aller. Durante la entrega del galardón, celebrada en mayo, la soprano no pudo terminar su discurso por la emoción del momento.

Este suceso parece inaudito si se echa un vistazo a la carrera meteórica de la cantante. Beatriz Díaz se hizo un nombre tras alzarse como ganadora indiscutible del Concurso Francisco Viñas en el año 2007. En noviembre, sorprendió al público y a la crítica con su participación en el estreno de «La Bohème» de Puccini, en Génova, cuando todo estaba previsto para que actuara en el segundo reparto. Después, la soprano allerana se convirtió en el fichaje del prestigioso director musical Riccardo Muti y el último «bombazo» fue su elección para participar en «Operalia», de la mano de Plácido Domingo.