Mieres del Camino,

José A. ORDÓÑEZ

Las plataformas sociales contra la línea de alta tensión entre Sama y Velilla del Río Carrión (Palencia) tienen previsto celebrar una gran manifestación de repulsa contra el proyecto que desarrolla Red Eléctrica de España (REE), el próximo día 15 de septiembre, en la capital leonesa. La intención de estos colectivos, que cuentan con el respaldo del PP y del PSOE de la provincia vecina, es reunir a miles de opositores a la autopista eléctrica tanto de León como de Asturias. El objetivo es paralizar por completo la ciudad con la más importante movilización de cuantas se han puesto en marcha para la retirada del proyecto. A este respecto, los convocantes esperan una respuesta social multitudinaria. Sostienen que cuentan con el apoyo de las dos principales fuerzas políticas y que el estudio de impacto del tendido recibió más de 25.000 alegaciones, de las que nada se ha sabido, tanto en el Principado como en la provincia leonesa.

La manifestación de septiembre ha sido convocada justo después de que las plataformas denunciaran que, tras el proyecto de Sama-Velilla, puede esconderse la intención de construir una nueva central nuclear en Castilla y León. La explicación es de Camino Alonso, dirigente vecinal contra el tendido: «Hemos facilitado una copia del anteproyecto a un técnico en energías, más concretamente en nucleares, y nos confirmo lo que ya nos maliciábamos y nos temíamos. Después de ver el documento, de estudiar las características de las torres, de los pares del cableado, y un montón de datos más, parece que nuestras sospechas se hacen realidad. Este oscuro, desatinado y horroroso proyecto tiene sorpresa: hay más que dudas razonables para sospechar que detrás de él se encuentre una central nuclear».

Pese a la postura del Gobierno de Rodríguez Zapatero con respecto a la energía nuclear y a su clara apuesta por las renovables, Camino no descarta, ni mucho menos a la vista de las consultas realizadas, que tras Sama-Velilla se encuentre un proyecto para erigir una central nuclear, posiblemente en el entorno de Valencia de Don Juan. A su juicio, este objetivo justificaría el «enorme oscurantismo» que aprecia en todo el desarrollo del proyecto. Las asociaciones vecinales, pese al compromiso expreso del Presidente del Gobierno, no se han podido reunir con responsables del Ministerio de Industria para examinar posibles alternativas y, además, se han enterado por la prensa de que la contestación a sus alegaciones, rechazadas en su inmensa mayoría, ya fueron remitidas hace meses a Madrid, sin que se les haya informado de su contenido.

El proyecto de Sama-Velilla fue encargado a REE a partir de un acuerdo entre el Gobierno central y los autonómicos de Castilla y León (PP) y del Principado (PSOE). La iniciativa sigue contando con todo el apoyo del Ejecutivo de Areces, mientras que en León es rechazada con firmeza tanto por populares como por socialistas. Por su lado, la Junta de Castilla y León parece situarse, aunque con algunas reservas, en línea con la postura asturiana. El portavoz del PSOE en el Congreso, el leonés José Antonio Alonso, se muestra contrario a un itinerario que considera «inasumible» y en las últimas elecciones generales prometió que se cambiaría en el caso de un triunfo de Zapatero. Mientras, Miguel Sebastián, ministro de Industria, señaló hace pocos meses que la línea no se construiría si no era desde el consenso. Todo un galimatías político y un embrollo de promesas incumplidas que no han impedido que el proyecto de alta tensión siga dando pasos adelante en medio de una fortísima contestación social.