Langreo, L. M. D.

El aprovechamiento energético de los montes y, sobre todo, impulsar el sector primario pueden salvar el paisaje tradicional asturiano. Ésta es al menos la tesis que defiende Jaime Izquierdo, asesor del Ministerio de Medio Ambiente y técnico del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) del Principado, que ayer impartió la conferencia «Las actividades tradicionales en la organización de los paisajes». La charla inauguró el curso de verano de la Universidad de Oviedo «Los espacios protegidos en Asturias: problemas de gestión», que se imparte en la Casa de La Buelga, de Ciaño.

Jaime Izquierdo mantiene que el paisaje de la zona rural asturiana, prados, huertas y bosques relativamente cuidados, está «en serio peligro» porque la economía campesina «está en vías de extinción». El asesor del Ministerio de Medio Ambiente no proclama un «retroceso en el tiempo», sino una reestructuración del medio rural y una concienciación «por parte de todos los asturianos» del problema de «la desaparición del paraíso natural tal como lo conocíamos. Sin ciertos cuidados, el campo y los bosques sufren riesgos como la pérdida de biodiversidad y una incidencia mayor de los incendios».

Para combatir estos riesgos Jaime Izquierdo propone «combinar dos alternativas». La primera, aprovechar energéticamente los montes. «En Navarra, en algunos pueblos, se han creado pequeñas centrales de nivel local que generan energía para las calefacciones y el agua caliente», todo ello mediante «el aprovechamiento de la biomasa». Limpiar los bosques y los montes, además, reduce el riesgo de que estos espacios sufran incendios forestales.

La segunda propuesta es impulsar el sector primario. Actividades como la ganadería y la agricultura ecológica pueden servir tanto para generar puestos de trabajo como para recuperar el paisaje tradicional asturiano. Como complemento a estas actividades, el ponente también planteó la elaboración de productos «como los quesos», que pueden ayudar a los ganaderos y agricultores a diversificar sus negocios. «Mantener el paisaje es todo un problema, sobre todo ahora que casi todos somos urbanitas de pensamiento», concluyó Jaime Izquierdo ante los jóvenes asistentes al curso.