Sale de prisión el periodista árabe que lanzó sus zapatos contra Bush. A pesar de que la puntería del reportero era manifiestamente mejorable y de que el calamitoso ex presidente no recibió ningún impacto, el agresor en grado de tentativa fue condenado, y se ha pasado una buena temporada enchironado. Al hombre que más valiente e inteligentemente se enfrentó a Bush le cayó la del pulpo cuando, en justicia, quien debería haber estado encerrado era el objetivo de los zapatos volantes.

A pesar de todo, la luz de la razón se ha abierto paso, y el periodista lanzador de calzado está viviendo el reconocimiento y agradecimiento del mundo árabe por su gesto heroico, hasta el punto de que a la salida de la trena a este buen hombre le esperan decenas de hermosas mujeres dispuestas a casarse con él y servirle incondicionalmente. También va a recibir como regalo una lujosa vivienda. Para no haber dado en el blanco, los obsequios no están nada mal.

Y puesto que yo soy un tipo tremendamente avispado para las oportunidades de negocio, y a la vista del panorama que tenemos delante, se me ha ocurrido que bien podría copiar la idea del periodista árabe y ofrecerme voluntario para hacer algo similar, pero adaptado a nuestros valores y tradiciones.

Así, estoy diseñando una estrategia para propinarle un madreñazo a, por ejemplo, el presidente del Principado, o al alcalde de Mieres. Lo del lanzamiento de madreña lo creo procedente por aquello de preservar las raíces culturales asturianas. No es lo mismo dar con los huesos en la cárcel por atizarle a alguien con un mocasín fabricado en China que con una madreña genuina bien impregnada de caca de vaca de nuestros verdes prados. Los análisis matemáticos dan más probabilidades de impacto sobre Tini que sobre Luisma, por motivos volumétricos, más que nada.

Eso sí; antes de proceder a tan arriesgada acción exijo por contrato que a la salida del trullo se me recompense con un puestín curioso en el Pozu Moqueta, por ejemplo. O en alguna consejería. Incluso me conformaría con un despacho en la oposición. Porque ya está bien de que todos estos chollos los esté ocupando gente que jamás hizo nada por Asturias.