Mieres del Camino,

Antonio LORCA

¿Quién gesticula más al hablar: un español o un estadounidense? En el caso de hablar dos idiomas, ¿se hacen más gestos al hablar la lengua materna o el segundo idioma? Para resolver estas y otras muchas cuestiones relativas a las formas en las que se comunica la gente llega el Laboratorio de Comunicación Humana -iCOM. lab- que, desde el 23 de noviembre, está instalado en el campus de Mieres y cuyo presidente honorífico es el prestigioso Profesor Emérito de la Universidad de Columbia, Robert M. Krauss.

La Universidad de Columbia ha colaborado desde la primera edición con el Máster en Dirección de Comunicación y Nuevas Tecnologías que patrocina LA NUEVA ESPAÑA y la Federación Asturiana de Empresarios. «A veces no somos capaces de recordar una palabra pero nuestras manos sí saben lo que queríamos decir, ¿qué relación hay entre el lenguaje hablado y el lenguaje gestual?», reflexionaba en el Aula Magna de la Universidad de Oviedo el profesor Krauss a lo largo de la conferencia que pronunció en el acto de inauguración del Laboratorio.

Carlos Fernández Collado, presidente de la Asociación Iberoamericana de la Comunicación y director del máster, preside este laboratorio de investigación, dirigido por Laura Galguera, profesora de la Universidad de Oviedo y académica visitante de la Universidad de Columbia desde hace cinco años. Este laboratorio nace como un espacio de investigación sobre los diversos ámbitos de la comunicación: interpersonal, grupal, organizacional e intercultural. También se estudiarán las situaciones dinámicas de estos contextos como el lenguaje verbal y no verbal, la persuasión y la comunicación política. Además, se realizará un análisis contemporáneo acerca de los efectos de las nuevas tecnologías, los medios y la comunicación como elemento de cambio social.

«En una de las fases de un experimento que se está llevando a cabo referente al área de la comunicación no verbal, seleccionamos a un grupo de personas, en este caso españoles con un nivel medio alto de inglés y se les planteó un caso práctico a resolver: describir la distribución de varios apartamentos, descripción que tienen que hacer frente a una cámara de vídeo tanto en español como en inglés», explica Galguera. Luego, esas experiencias se codifican y se analizan para determinar la frecuencia y el tipo de gestos que se utilizan, es decir, gestos que indican una ubicación (señalar con el dedo), incertidumbre (mover la cabeza), y así una larga lista con la que los alumnos de posgrado y profesores que forma parte de este grupo de investigación clasifican y van obteniendo conclusiones.

Este será uno de los numerosos trabajos que se van a desarrollar en el campus de Mieres y que son la continuación de los que se están llevado a cabo en la Universidad de Columbia. La primera parte se hizo con alumnos estadounidenses cuyo segundo idioma es el español y ahora se pretende comparar los resultados obtenidos con los que se tengan con los alumnos españoles.

Por seguir con el ejemplo anterior, una de las premisas iniciales de las que se partía antes de realizar este experimento era la de que al hablar en el segundo idioma se utilizaría un mayor número de gestos para que al interlocutor le fuese más fácil entender al hablante. Pues bien, «en EE UU se ha demostrado que hablar la segunda lengua no indica que se hagan más gestos pero sí se ha observado que una misma persona cambia la gesticulación cuando pasa de hablar un idioma al otro». Gestos metafóricos (movimientos de la mano o de los dedos que indican un concepto abstracto como cuando hacemos referencia a «un poco»), deícticos (apuntan o indican un lugar o dirección) o rítmicos (movimientos con las manos que acompañan a las palabras que sin tener un significado en si mismo ofrecen sensaciones), son más utilizados por la misma persona en situaciones donde no tenemos tanta fluidez hablando. Sin embargo, los gestos icónicos (movimientos que representan objetos concretos) son más utilizados por estas personas al hablar la primera lengua, lo que implica, que ante esta situación, tratamos de comunicarnos de una forma más detallada.

Este laboratorio tendrá su lugar fijo en el centro de innovación que se está construyendo en el Campus de Mieres. De momento se ha habilitado un aula en el edificio central para que se comience a trabajar. En ella habrá «cámaras de vídeo y de audio, programas de codificación y análisis de datos y otras máquinas específicas para hacer otro tipo de mediciones automáticas de los gestos que los sujetos observados realicen», explica Galguera. Se trata del primer laboratorio de comunicación humana de España y de Iberoamérica. «En estos momentos ya colaboran con nosotros varias personas del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), la Universidad de Harvard y la de Yale», explica la directora del Laboratorio que ha comenzado esta semana con los trabajos en Mieres.