Mieres del Camino ,

D. MONTAÑÉS

La familia del minero jubilado mierense del que no se tienen noticias desde hace casi un año se mostró ayer «sorprendida» tras conocer la conexión existente entre la investigación policial de este caso y el de la presunta trama de cobro fraudulento de subvenciones en que se ha visto inmersa la empresa Carbones de Linares. Los portavoces familiares consultados ayer por este diario aseguraron desconocer hasta qué punto están conectados ambos sucesos y se mostraron muy prudentes a la hora de hacer valoraciones, huyendo de cualquier especulación. No obstante, reconocieron estar «preocupados» con la existencia de nexos de unión entre ambas pesquisas. Aun así, matizaron que tienen «confianza» en la labor de la Comisaría de Mieres. Por su parte, la Delegación del Gobierno respaldó ayer la versión inicial de la Policía Nacional, que sostiene que la vinculación de ambos casos es «fortuita».

Lo cierto es que dos complejas investigaciones policiales desarrolladas por la Comisaría de Mieres, en principio sin aparente conexión, se han visto entremezcladas. De hecho, una surgió de la otra, según ha reconocido el propio abogado defensor de Juan José Cachero, el propietario de Carbones de Linares, y principal imputado de la presunta trama carbonera. Según recoge la instrucción, la Policía Nacional comenzó a investigar la actividad de esta explotación a raíz de conocer que el jubilado desaparecido, José María González, había denunciado públicamente en varias ocasiones, aunque sin llegar a acudir a la justicia, las supuestas irregularidades que se cometían en la explotación. El propio Cachero ha reconocido que habló en una ocasión con él sobre este asunto: «Me dijo que tenía información sobre un fraude en la mina y yo le insté a que lo denunciara y me fui». Su letrado ofreció más datos y añadió que en un registro domiciliario en la vivienda de José María González se encontró algún tipo de documentación relacionada con el fraude. En ese momento, la Policía comenzó a investigar la mina lenense, una investigación que culminó el martes con la detención de Juan José Cachero y otros dos miembros de la empresa, que, tras prestar el primero declaración en los Juzgados de Mieres, fueron puestos en libertad sin fianza pero con cargos.

La Policía Nacional sostiene que las vinculaciones entre ambos casos quedan en una «fortuita» coincidencia y desvinculan tajantemente una investigación de la otra. La familia de José María González se mostró ayer muy cauta. Apuntaron que su único interés es que se siga investigando la extraña desaparición de este mierense, aunque también puntualizaron que esperan poder tener más información sobre la vinculación de ambos casos.

El jubilado, de 57 años, ex minero y ex gerente de la empresa de ambulancias de Mieres, desapareció sin dejar rastro y sin motivo aparente el pasado 30 de marzo. La Policía Nacional ha desarrollado en los últimos meses una intensa investigación, aunque sin logros significativos. Incluso ha tomado una muestra de ADN a los familiares por si se encontrase algún cuerpo sin identificar. José María González trabajó en Minas de Figaredo y residía junto su familia en la calle La Vega, en Mieres.