Director de estudios y proyectos de la Fundación Biodiversidad

Langreo,

Luisma DÍAZ

Ignacio Torres es el director de estudios y proyectos de la Fundación Biodiversidad, adscrita al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, que colabora habitualmente con el sector empresarial para conseguir la financiación necesaria para la ejecución de proyectos de conservación de la naturaleza. Los expertos de la Fundación son los encargados de encontrar y transportar los huevos de urogallo que se utilizan en el centro de cría en cautividad de Sobrescobio.

-¿Cómo es el proceso mediante el cual se encuentran los huevos?

-Los guardas y los trabajadores de la Fundación detectan las gallinas, las trampean y de una forma rápida, para no producirles estrés, se les instala el transmisor. De esta forma se las puede rastrear hasta las zonas en las que han puesto los huevos. También se ha marcado a algún macho, que también pueden aportar información de los territorios en los que se mueven, de las zonas con cantaderos... Una vez recogidos, los huevos se llevan al centro de cría en cautividad.

-¿En qué áreas se están llevando a cabo las recogidas?

-Hasta la fecha se han marcado 6 ejemplares entre Castilla y León y Asturias, y se han recogido 5 huevos, que se llevaron a Sobrescobio. En Galicia y en Cantabria no tuvimos éxito. Por el momento, los huevos de Asturias provienen de la zona de Somiedo. Las recogidas han intentado hacerse en las zonas donde menos posibilidades de salir adelante tienen los pollos.

-¿Qué otras iniciativas se están llevando a cabo para preservar la especie?

-Está claro que la cría en cautividad es un último recurso, se hace para reforzar el número de ejemplares en libertad mediante la futura suelta de aves y como reserva genética de la especie, para disponer de un stock de aves. También hemos presentado un nuevo proyecto de conservación a la Comisión Europea para poner en marcha un plan que coordine las iniciativas de las cuatro comunidades autónomas en las que sobrevive la especie, y en el que también se integra el centro de cría en cautividad.

-¿En qué consiste?

-Uno de los principales objetivos es el de recuperar el hábitat del urogallo, que en los últimos años se ha caracterizado por el abandono de algunos usos ganaderos que favorecían a la especie. También buscamos controlar la predación y los competidores del urogallo.

-¿Qué especies son las que le hacen más daño?

-Los jabalíes y los ciervos, principalmente, más que otros animales que a priori parecen que podrían hacerle más daño, como los zorros. Los jabalíes depredan las puestas de los urogallos, y los ciervos son sus competidores directos, modifican su hábitat, consumen los mismos frutos y la misma vegetación de la que se alimentan las aves. Además, el número de estas dos especies es cada vez mayor, está en aumento, lo que influye negativamente en el urogallo.

-Comentaba que la ganadería beneficiaba a esta especie...

-Algunos usos ganaderos que se han abandonado ayudaban de forma notoria a los urogallos: la limpieza de los montes, la apertura de claros en zonas boscosas, que utilizan como cantaderos...

-¿Cuánto dinero costaría financiar el proyecto?

-Serían 7,3 millones, de los cuales el 50 por ciento lo hemos solicitado a la Comisión Europea. En la iniciativa también contamos con las comunidades autónomas, nuestra fundación, la red de Parques Nacionales, la empresa Iberdrola y con SEO Birdlife.

-¿Existe algún censo fiable sobre el número de urogallos cantábricos que hay?

-Sí, en la Cordillera quedan entre 400 y 500 ejemplares. No son muchos, la verdad, la situación de la especie es muy difícil.

-En un encuentro de expertos celebrado en Sobrescobio se puso de manifiesto que el urogallo cantábrico era uno de los animales a los que más podía afectar el cambio climático...

-La fauna de montaña española, en general, se vería muy perjudicada. El nivel de las nevadas y su frecuencia ha disminuido en los últimos años, y esto afecta de forma directa al ave, que está adaptada a este tipo de clima. Además, esto favorece que cada vez haya más gente que se aventure en el hábitat del urogallo en fechas otoñales o invernales. En esta época del año, el urogallo suele reducir mucho su actividad porque no es fácil encontrar comida y permanece quieto para ahorrar energía. Con más gente por el monte, con más animales activos, esta energía la gasta en huir. Cuando llega la época de reproducción llegan algo cortos de energía, algo fundamental para las nidadas.

-¿Qué otras iniciativas está desarrollando la Fundación en Asturias?

-Por su naturaleza es una de las zonas en las que más proyectos tenemos en marcha. Por su importancia, o por su relevancia social, hay que destacar la colaboración la Fundación Oso, la Fundación Oso Pardo y el FAPAS, encaminada a mejorar el hábitat y promover el aumento de ejemplares de esta especie. Otro trabajo muy importante y del que tal vez se hable menos es un programa relacionado con las abejas, que son uno de los factores más importantes para el mantenimiento y la conservación de un ecosistema: son las principales polinizadoras.