Madrid, Iñaki ECHARRI

La producción de electricidad a partir de la combustión limpia de carbón está cada día más cerca. En Elcogas, la central de gasificación integrada en ciclo combinado (GICC) de 335 MWh sita en Puertollano (Ciudad Real) y que genera energía a partir de la combustión de carbón y coque de petróleo al 50%, «lo comenzaremos a demostrar a partir de marzo. Se puede producir electricidad de forma limpia con carbón, la tecnología existe y está al alcance de la mano», asegura el director de investigación y desarrollo, Francisco García.

Y es que en marzo, Elcogas pondrá en funcionamiento la planta piloto de captura de CO2 y producción de Hidrógeno (H2) a escala industrial de 14 MWh e integrada en la central, pionera en el mundo. «Seremos los primeros en integrar la planta de captura de CO2», afirman con orgullo en la empresa, y aseguran que «producir electricidad de forma limpia es más caro que hacerlo de una manera menos limpia, pero llevarlo a cabo con carbón, el único combustible fósil autóctono con el que contamos, es más barato que producir electricidad a partir de la energía solar o la eólica».

La historia de Elcogas se remonta a 1992, cuando una serie de compañías eléctricas y de bienes de equipo crearon, con el apoyo del Gobierno socialista de entonces, una empresa para construir una central para demostrar que reducir la emisión de gases a las atmósfera era posible. Así, la compañía que cuenta con capital asturiano al tener Hidrocantábrico el 4,3% de las acciones y cuenta entre sus propietarios con Endesa (40,9%), EDF (31,4%), Iberdrola (12%), EDP (4,3%), Enel (4,3%) o Siemens (2,5%) comenzó a mediados de los noventa su caminar en pos de una energía limpia.

Por aquel entonces nadie hablaba del CO2, los gases de efecto invernadero o el cambio climático. El caballo de batalla era la lluvia ácida y los gases que la provocaban, dióxido de azufre (SO2), óxido de nitrógeno (NOx) y otros contaminantes como cenizas volantes, mercurio o dioxinas.

El cambio de decisión de sus accionistas y del Gobierno de turno hizo que Elcogas pasara, ya desde sus inicios, de ser una central de demostración a entrar en el mercado de producción de electricidad en España. Primero, a partir del gas natural, desde 1996, y desde 1998 con gas de síntesis producido con la gasificación de una mezcla a partir del carbón de la cuenca de Puertollano y de coque de petróleo de la cercana refinería de Repsol-YPF.

En diciembre de 2009, su producción acumulada era ya de 19.354 GWh, de los que 13.002 eran con gas de síntesis como la GICC. Su éxito era que había logrado reducir las emisiones de gases contaminantes de manera considerable, hasta un 90% de los gases ácidos, produciendo energía a precios competitivos en el mercado.

Y es que la tecnología de la central de gasificación integrada en ciclo combinado (GICC) genera electricidad a partir de combustibles sólidos que se gasifican para obtener un gas de síntesis al que hay que eliminar cenizas y otros contaminantes como halógenos, cianuros y compuestos de azufre y nitrógeno. Este gas limpio se quema posteriormente en una turbina para producir electricidad. Un gas de síntesis que está compuesto principalmente por CO (monóxido de carbono) y H2 (hidrógeno), con lo que supone una gran oportunidad para producir hidrógeno y capturar CO2. Un dióxido de carbono que en Elcogas ya han logrado emitir a la atmósfera en un 20% menos que una central térmica convencional.

Ahora, la planta piloto que se inaugurará el mes que viene pretende capturarlo en su totalidad a precios rentables. «Nuestro trabajo no es otro que demostrar que las tecnologías de captura de dióxido de carbono contribuyen a producir energía limpia a la par que resultan económicamente rentables», asegura Alfredo García, consejero director general de Elcogas.

El proyecto de Elcogas, que mantiene acuerdos de investigación con el Incar de Oviedo, la Universidad de Castilla-La Mancha o la Ciuden de Ponferrada, es parte de la iniciativa española «Tecnologías avanzadas de conversión, captura y almacenamiento de CO2». Su objetivo principal será validar a escala industrial la tecnología de separación de CO2 en precombustión (la planta de la Ciudad de la Energía de Ponferrada que se pondrá en marcha en 2015 y en la que el Gobierno español y la UE harán una inversión multimillonaria es de oxicombustión) con producción de hidrógeno y obtener los datos suficientes para que alcance en el futuro la capacidad total de producción de la planta de Puertollano.

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