Mieres del Camino,

Antonio LORCA

El poeta y dramaturgo francés Armand Gatti escribió en la década de los 60 «La Pasión del general Franco». Esta obra se desarrolla a través de las conversaciones que mantiene emigrantes españoles en los trayectos entre Kiev-Krasnoiarsk, Madrid-Fráncfort, Toulouse-Madrid y La Habana-México. En esta y otras obras de Gatti, la lucha de los mineros asturianos está muy presente. De hecho, al final del libro, cuando el trayecto entre Kiev y Krasnoiarsk concluye, aparecen 15 mineros asturianos que deben recibir a los emigrantes españoles que viajaban en ese tren: «Mateo: ¿Habéis venido a esperarnos? Minero: Venimos de Mieres, de la Manzaneda, de Sama de Langreo, de Trubia, de Campomanes. Venimos de lejos. Pero hemos venido todos. Mateo: ¿Sois mineros asturianos? Mineros: Somos todos de la Comuna Asturiana».

Esta obra, que las protestas del Gobierno español para evitar que se representase allá donde se quería estrenar convirtió en emblemática, ha tardado más de 40 años en ser traducida al castellano. Los autores de la traducción han sido los mierenses Miguel Ángel López Vázquez y su mujer, Ángeles González Fuentes.

A Gatti, que fue resistente maquis, anarquista y prisionero en un campos de concentración nazi, le ofrecieron en el año 1968 representar la obra en uno de los teatros más importantes de París, el «Teatro Nacional Popular (TNP) de Chaillot». Cuando ya estaban los carteles preparados y las entradas vendidas, el general De Gaulle prohibió la obra para evitar un conflicto diplomático con España. Aquel desaire provocó que Gatti se fuera de Francia y estrenará la obra en Alemania.

Miguel Ángel López Vázquez, profesor de filología francesa en la Universidad de Oviedo y experto en la obra del autor francés tradujo recientemente junto a su mujer este alegato contra la dictadura y la barbarie por primera vez al español. La traducción fue presentada en Mieres el pasado jueves, en la Casa de Cultura Teodoro Cuesta, donde también se leyó una poesía recién traducida de Gatti. López, para quien supone «un orgullo inmenso» haber llevado a cabo la traducción de esta emblemática obra, explica la relación que tanto el libro como Gatti tuvieron con las Cuencas mineras en los años de la dictadura: «Gatti escribió 'La pasión del general Franco' por encargo de los emigrantes españoles en Francia». «Es una obra escrita a la carta: para emigrantes españoles y, fundamentalmente, asturianos, que vivían en Toulouse, en los años 60», explica, y apunta que «la idea de Gatti era la de representar la obra y enviar todo el dinero que se recaudara para colaborar con las cajas de resistencia creadas en apoyo a los mineros que estaban en huelga». «Por aquel entonces, aquí la gente no trabajaba y no tenía que comer», dice.

Por esta razón aquel acto de censura «molestó muchísimo a Gatti». Tanto que se fue de Francia y no volvió hasta bien entrados los años 80. «De Gaulle, que por aquel entonces era el Presidente de la República, llamó a André Malraux, que era el ministro de Asuntos Culturales, y le preguntó: ¿Quién es ese poeta de mente tan calenturienta? Que se olvide de representar esa obra», relata López, que además de ser un estudioso de la obra de Gatti, lo cuenta entre sus amigos. «Entonces Malraux va a ver a Gatti y le dice que lo siente mucho, que aunque él no está de acuerdo con De Gaulle -no en vano el luchó en la guerra de España y escribió La Esperanza que también fue censurada- el General lo dice y es el que manda. Total, que la obra se prohibió y Gatti se marchó de Francia y se fue a Alemania. Curiosamente, allí, donde por aquel entonces era vicecanciller Willy Brandt, pese a las protestas del Gobierno Español, se pudo representar la obra», rememora López.

En cuento al proceso de traducción, este profesor de francés reconoce que «ha sido muy complicado». «Primero porque no es una obra fácil de leer. Gatti es alguien que mezcla el presente, el pasado y el futuro continuamente. Incluso en los tiempos verbales, lo que hizo muy difícil la traducción. Unas veces hemos optado por respetarlo al cien por cien y otras veces por dotarla de un sentido en español».