Barredos,

Miguel Á. GUTIÉRREZ

-¿Cuántos tenemos delante?

-Bastantes. En un par de horas entraremos a pista.

Un grupo de alumnos y profesores de Barredos guarda escrupulosamente la cola junto a un coche rojo con forma de utilitario común. La lluvia y el frío han hecho estragos en las previsiones de la organización del Ecomarathon de Shell, una prueba que gana el que menos combustible gasta, y los equipos se agolpan junto al circuito para tratar de acceder a su interior y dar las dos tandas reglamentarias. La escudería de Barredos -la única que compite en el apartado de motor de pila de hidrógeno, la más compleja y novedosa tecnológicamente- logra salir a competir, pero una avería frustra el primer intento. Dos horas de cola después, el equipo lavianés inicia su segunda tanda. Sin embargo, un error de cálculo hace que el coche se quede sin combustible a falta de dos vueltas.

La prueba de bajo consumo patrocinado por Shell se disputó a mediados de la pasada semana, en la ciudad alemana de Lausitz. El instituto lavianés lleva participando en la carrera desde 1993 liderando en casi todas las ocasiones la clasificación de los equipos españoles en los apartados de gasolina y gasoil. Este año participaba con un «urban concept», vehículos ideados con un diseño similar a un turismo convencional y por primera vez lo hacía con un motor propulsado por pila de hidrógeno. «Creo que hay que hacer una lectura positiva. Logramos pasar las verificaciones y que el coche echase a andar. La lástima fue que la pila de combustible de hidrógenos que cargamos no fuera suficiente para terminar la carrera», indicó Santiago Viña, profesor de Automoción del IES Alto Nalón. Además de soportar la lluvia, el frío y las largas colas, el equipo de Barredos tuvo que solventar una avería de la cadena de transmisión y un fallo eléctrico en el motor que hizo peligrar su participación en la segunda tanda. «El problema ha sido que, salir al circuito para entrenar por la lluvia, todos los problemas aparecen en carrera. A pesar de todo, el coche ha funcionado bien en la segunda tanda y los registros que hicimos en las cinco vueltas eran muy buenos», añade Viña.

Los estudiantes de Barredos no fueron los únicos damnificados de las malas condiciones en las que se desarrolló la competición. Buena parte del medio millar de «urban concept» de pila de hidrógeno tuvieron que abandonar y el otro equipo español que competía en esta categoría ni siquiera llegó a pasar las verificaciones. «Este año nos ha servido de experiencia y vamos a seguir trabajando para mejorar el coche», concluyó Viña.