Langreo, M. Á. G.

Aroa Barrul vive en La Felguera, tiene 24 años y una hija de tres llamada Ainara. Forma parte de la abultada estadística de madres de las comarcas mineras que han optado por tener familia antes de llegar a la treintena. «Creo que disfrutas mucho más de tus hijos cuando tú también eres joven; puedes compartir más cosas. Además, los abuelos también pueden disfrutar mucho más de ellos y echar una mano cuando les es posible si no son demasiado mayores para pasar tiempo con los nietos», argumenta esta langreana, mientras regresa a casa después de recoger a su hija en el colegio.

Según Barrul el mayor handicap de tener hijos siendo joven radica en las limitaciones que acarrea para tener estabilidad laboral. «Yo me dedico por completo a la niña porque los abuelos trabajan y no pueden quedarse con ella siempre que quisieran. Además, mis padres viven en Mieres, y es más complicado que puedan venir a menudo», argumenta esta vecina de Langreo, que tuvo que dejar aparcado su trabajo cuando dio a luz y ahora trata de reintegrarse al mercado laboral. «Antes de tener a mi hija, con 20 años, había tenido varios trabajos, pero tuve que dejarlo. Ahora estoy buscando un empleo a tiempo parcial por las mañanas, mientras la niña está en el colegio, porque el resto del día tengo que ocuparme de ella», explica.

Otro de los condicionantes que entraña tener descendencia en la veintena es la necesidad de renunciar en mayor medida al ocio, aunque para Barrul no resulta determinante. «Es cierto que ahora salimos menos que antes, pero donde veo el principal problema es en el tema del trabajo, que es muy difícil de compaginar con el hecho de tener familia; eso es lo más complicado y más ahora con la crisis», apunta esta joven madre de La Felguera.

Aroa Barrul no se arrepiente de haber tenido a su hija siendo joven. «Quizá a los treinta años tengas más estabilidad, pero también tienes la vida hecha y no sé si afrontaría la situación de ser madre de la misma forma que ahora», explica. En la misma línea de argumentación, esta joven langreana no renuncia a amplia familia antes de pasar la barrera de los treinta años. «Vamos a esperar un poco, pero mi idea es que podamos tener más niños en uno o dos años».