Langreo / El Entrego,

M. Á. G.

Han pasado veinte años, pero en el equipo de fútbol sala del Mesón Cortina de Carbayín todavía deben estar tirándose de los pelos por no haber puesto una cláusula de rescisión millonaria a David Villa. Este conjunto, que el Guaje abandonó con 9 años para pasar a las categorías inferiores del Unión Popular de Langreo, ha sido el único que no se ha beneficiado copiosamente de la imparable progresión del delantero de Tuilla. Desde su primer traspaso -del Langreo al Sporting por unos 50.000 euros- hasta el pase al Barcelona, Villa ha protagonizado sonados fichajes que han dejado en las arcas de los sucesivos clubes en los que ha militado un total de 55 millones de euros. En la particular bolsa de valores del fútbol, los goles del Guaje -245 en su carrera como jugador profesional- cotizan al alza.

Alfonso Cienfuegos era presidente del Langreo en la etapa en la que el Guaje vistió como azulgrana y negoció el convenio con el Sporting que permitió la salida del delantero de Tuilla hacia Mareo. En aquel convenio bianual, por un importa global de 16 millones de pesetas (unos 97.000 euros), se incluyó a Villa y a su amigo Andrés Guerra, con lo que el traspaso de cada uno de ellos rondó los 50.000 euros. Sin embargo, el contrato también incluía cláusulas por objetivos y dejaba la puerta abierta al intercambio de jugadores. «Fue un acuerdo muy bueno para el Langreo porque inyectó dinero y recibimos cesiones de jugadores importantes», rememora Cienfuegos, que también enumera otros traspasos firmados por el Langreo en aquella época dorada. «De aquella cantera salieron también Lekumberri, al Athletic; Almansa, al Madrid; o Borja Secades, al Deportivo; entre otros muchos».

Villa siempre fue un futbolista habilidoso y rápido, pero fue el gol el salvoconducto que le llevó al Sporting, tal y como relata su entrenador de entonces, Manuel Cases: «Al final de la temporada, dábamos un trofeo a cada chaval del Langreo por los objetivos conseguidos. David siempre se llevaba dos porque quedaba el máximo goleador en todas las temporadas».

Tras forjarse en las categorías inferiores del Sporting, Villa pasó al primer equipo cuando éste militaba en la Segunda División. En dos temporadas marcó 41 goles sumando todas las competiciones, lo que motivó que equipos de Primera División se fijaran en él. Fue el Real Zaragoza el que se llevó el gato al agua, después de abonar en el verano de 2003 una cantidad próxima a los tres millones de euros.

En la Romareda, Villa se asentó en la máxima categoría gracias a sus goles. En aquella época también llegaron los primeros contratos publicitarios. «En el Sporting andaba loco para que me regalaran las botas y ahora me pagan por llevarlas», explicaba el jugador langreano en unas declaraciones realizadas en 2004.

En la temporada 2005-2006, el Guaje cambio de aire después de que el Valencia pagara su cláusula: doce millones de euros. El paso por la selección nacional, de la que es el máximo goleador, acrecentó el prestigio y el valor del futbolista langreano. Tras las frustradas ofensivas de Madrid y Barcelona el pasado verano, el equipo catalán tuvo éxito este año. Cuarenta millones después, Villa es culé.