Langreo, L. M. D.

El estudio «Recursos Hídricos en Asturias: Análisis, Reflexiones y Alternativas», promovido por la Fundación Infide del SOMA-FIA-UGT plantea una nuevo método para aprovechar el agua de las minas ya abandonadas para generar energía, un sistema alternativo y complementario a la geotermia (uso del calor del agua de la mina). El estudio apuesta por aprovechar los caudales de agua y las diferencias de cota en el interior de las explotaciones para «generar energía».

Los autores del estudio, los catedráticos del departamento de Explotación y Prospección de Minas de la Universidad de Oviedo, Jorge Loredo Pérez y Fernando Pendás Fernández, explican en la publicación que «para la generación de energía eléctrica» sería factible aprovechar los caudales disponibles del agua de mina y las diferencias de cota disponibles, para asimilarlo a un salto (como en las centrales hidráulicas) de unos 500 metros de media. Estas diferencias de cota en el interior de las minas permitirían la generación de electricidad con un sistema denominado «hidráulica reversible», que produciría energía en las horas punta y consumiría una parte de la misma en la recarga del embalse superior (desde donde cae el agua) en las horas valle. De esta forma, según el estudio, se aportaría al sistema general de distribución eléctrica los excedentes del dispositivo, que en esencia sería similar a la instalación de una pequeña central hidráulica en el interior de las minas, que aprovecharía la fuerza del agua en los saltos y los desniveles interiores de la explotación.

El secretario general del SOMA-FIA-UGT, José Ángel Fernández Villa, apostó recientemente por poner en valor los recursos hídricos de la región, entre los que se encuentran las aguas acumuladas en el interior de las minas sin actividad, unos 40 hectómetros cúbicos, «donde se pueden aprovechar los desniveles de 500 metros de media» para «la generación eléctrica».

«Recursos Hídricos en Asturias: Análisis, Reflexiones y Alternativas» establece que el Principado es, en proporción a su población y a su superficie, la comunidad autónoma española que más recursos de este tipo dispone, concentrando el 10% del total del país. El análisis hace varias propuestas «ambiental y económicamente viables» para mejorar el suministro de agua en la región, sin tener que utilizar para ello más recursos ni tener que construir grandes infraestructuras.

El informe aboga por explotar acuíferos accesibles y que suman unas cantidades que asegurarían el abastecimiento futuro de la región. Loredo y Pendás ponen como ejemplo de estos acuíferos el de Rioseco y el del Naranco. En el alto Nalón, bajo el concejo de Sobrescobio y parte del de Caso, existe un acuífero situado bajo rocas de entre 300 y 400 metros de espesor y que tiene una capacidad de 76 hectómetros cúbicos, el doble que el complejo de presas de Tanes y Rioseco. En Oviedo, bajo el monte Naranco, existe otro pantano natural, bajo rocas de 1.500 metros de espesor. Su capacidad se estima entre 60 y 100 hectómetros cúbicos de agua.

Otra de las formas de aprovechamiento del agua recogidas en el estudio es la que se ha puesto en marcha en el condado californiano de Orange County, donde el proceso de reciclaje y reutilización del agua hace que prácticamente todo el líquido que pasa por las depuradoras vuelva a inyectarse a los acuíferos que se utilizan para el abastecimiento. Esta reutilización de aguas residuales depuradas es de mejor aplicación técnica en áreas costeras en las que pueden existir depósitos de roca caliza, un entorno que existe en Asturias. «Se trata de una experiencia que podría reproducirse en la región», exponen los autores del informe. Otras opciones para completar y mejorar el abastecimiento y el saneamiento que se contemplan son, en el embalse de los Alfilorios (Morcín), el bombeo de agua desde el río Nalón en épocas de no estiaje y el denominado «minado de colectores», un sistema de descentralización de la depuración que se ha puesto en marcha en varias zonas de Australia, que consiste en establecer depuradoras en las zonas donde el agua debe ser de mayor calidad, y no gastar recursos en la potabilización cuando el agua se destina principalmente a las industrias.