Paula G. RODRIGO

Puede parecer extraño que medio centenar de personas se reúnan en pleno mes de agosto, con el calor apretando, para degustar una fabada. Sin embargo, en la localidad langreana de El Carmen, se hace ininterrumpidamente desde hace 30 años. Es así como cierran las fiestas del centro social de la localidad. Una tradición.

El número de comensales incluso pudo ser mucho mayor. «El día anterior llamó mucha gente para reservar, pero tuvimos que decir que no porque nos superaba», explicó Leni Alperi, una de las cocineras de la «macrofabada» de El Carmen. Para que nadie se quedara con hambre, según apuntó Mari Carmen Ruiz, compañera de labores de Alperi, «se han necesitado un total de 18 kilos de fabes, 10 de chorizo, otros tantos de morcilla y tocino y 14 de lacón». Como parte de la esmerada preparación del plato, las ollas se pusieron en el fuego a las ocho de la tarde y no se retiraron hasta las cuatro y media de la madrugada. «Entre cocido y cocido echábamos un baile», indicó con humor Ruiz.

¿El secreto para cocinar para tantas personas y que aún así tenga tan buen sabor? Las cocineras de El Carmen tienen la respuesta. «Mucho cariño y amor pero, sobre todo, mimar les fabes», argumentó Ruiz. Alperi matizó que «eso se consigue poniéndolas a un fuego muy lento para evitar que se deshagan. Además, todos los productos deben ser de casa».

Dispuestos en una mesa en forma «U», los comensales esperaban impacientes. Eran tan grande el apetito despertado por les fabes que algún que otro bollo de pan desapareció por el camino. Sólo quedaba un paso previo más: la sopa de curruscos que sirvió para ir entrando en materia.

Tras la degustación de la fabada y como postre, para proseguir con la tónica de platos típicamente asturianos, no podía faltar una buena ración de arroz con leche. Finalmente, con los estómagos llenos gracias a una comida y una tertulia que se prolongó hasta la tarde, las peticiones ya se enfocaban hacia las fiestas del año que viene, como apuntó el presidente de la Asociación de El Carmen, Ismael Fernández, quien expresó su deseo de correr mejor suerte con el tiempo en los festejos. «Sólo puedo decir que estoy admirado porque cada año viene más gente, señal del buen hacer y buena mano de nuestras cocineras con la fabada», finalizó Fernández.