Mieres / Langreo,

Miguel Á. GUTIÉRREZ

Cada día mueren en China siete mineros, una cifra muy similar a la que registró toda la minería española en un año, y Hunosa en la última década. La disminución de las cifras de siniestralidad en los yacimientos españoles -derivada de la mejora de las condiciones de seguridad y el recorte de actividad y plantillas- contrasta con el elevado volumen de accidentes y de fallecidos que contabiliza el sector extractivo en otros países del mundo. Chile, pese al exitoso rescate de los 33 mineros atrapados en la mina «San José» de Atacama, ha sido el último ejemplo de las precarias condiciones de trabajo y seguridad de muchas explotaciones. Sin embargo, la estadística de mineros muertos es especialmente alarmante en China que, según las cifras oficiales, registró 2.631 fallecidos en sus minas en 2009.

El último accidente minero de gravedad en el país asiático se produjo la semana pasada. Según los últimos datos, ya son 26 los fallecidos en la explosión de gas grisú que se produjo en un yacimiento de carbón de la provincia de Henan, en la zona central de China. Otros 11 trabajadores han quedado atrapados bajo tierra, aunque las posibilidades de encontrarlos con vida son escasas, según los equipos de rescate. El carbón es la principal fuente de energía en China. La sobreexplotación de las minas es uno de los factores de la alta siniestralidad, ya que cada vez se debe perforar a mayor profundidad, lo que aumenta el riesgo de accidentes. Otra causa es la falta de medidas de seguridad de los pozos, ya que muchos de ellos operan de forma ilegal y no garantizan la seguridad de sus trabajadores con el objetivo de abaratar costes de producción.

Aunque los datos oficiales hablan de 2.600 fallecidos al año (una media de siete al día) en las minas chinas, principalmente en las de carbón, los expertos sospechan que las cifras puedan ser más elevada. En España, según la estadística que maneja el Ministerio de Industria, la siniestralidad minera -en todo tipo de actividades extractivas, no sólo en la producción de carbón- ha disminuido en los últimos años de forma progresiva, hasta alcanzar los seis accidentes mortales de 2009. Tres de esos fallecimientos se produjeron en yacimientos de carbón. El número de mineros muertos disminuyó notablemente en 2009 ya que, en la última década, se había mantenido rondando la veintena de víctimas.

En Hunosa, las cifras de mineros muertos también han ido reduciéndose de forma significativa en los últimos años. El pico de mayor siniestralidad del último cuarto de siglo se produjo en 1995, cuando 19 trabajadores de la hullera perdieron la vida, 14 de ellos en el accidente registrado en el pozo Nicolasa de Mieres. En el año 2000 cuatro trabajadores fallecieron en las minas de Hunosa. Desde entonces, en la última década, tres ejercicios se cerraron sin accidentes mortales y en total hubo ocho víctimas mortales, una más de las que se contabilizan a diario en China.