Mieres del Camino, P. C.

Las obras de construcción de la planta experimental de un megavatio para la captura de CO2 de La Pereda, en Mieres, arrancarán mañana. El plan impulsado por Hunosa y Endesa para validar la tecnología de captura de dióxido de carbono mediante caliza desarrollada por el Instituto de Carbón (Incar) en Oviedo entra así en su fase de ejecución.

Responsables de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), accionista de Hunosa; de Endesa; del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), al que pertenece el Incar, y del Principado asistirán mañana al acto de inauguración de las obras de la planta, que puede ser clave en el desarrollo de soluciones para hacer compatible el uso del carbón con la lucha contra el cambio climático.

Los trabajos incluyen la construcción de una planta integrada en la central térmica de La Pereda que estará formada por dos reactores de lecho fluido circulante de 15 metros de altura cada uno e interconectados. En uno de los reactores se descompondrá caliza en óxido de calcio y CO2 altamente concentrado y el primero de esos compuestos será enviado al segundo reactor donde reaccionará con los gases de combustión de la central térmica capturando el CO2 para formar caliza nuevamente y evitar el vertido a la atmósfera. Es la tecnología de captura por ciclos de carbonatación-calcinación desarrollada en los laboratorios del Incar en Oviedo y que Hunosa y Endesa quieren validar en la nueva planta experimental de un megavatio de cara a dar el salto a la escala industrial si las pruebas son satisfactorias.

El proyecto está subvencionado dentro del Séptimo Programa Marco Europeo con un presupuesto de 6,8 millones de euros. Además de Hunosa, Endesa y CSIC, el plan cuenta con la participación de Foster Wheeler, que actúa como socio tecnológico en el desarrollo de la ingeniería de la planta, así como de cuatro centros de investigación europeos y canadienses que aportarán soporte científico.

Según los planes que manejaban los promotores de la planta, el montaje (cuyo inicio se ha retrasado cuatro meses con respecto a los planes iniciales) debería estar listo para el próximo año de cara a iniciar las operaciones que permitan validad la tecnología a escala preindustrial. Esos trabajos tendrían una duración de menos de un año y permitirían a los promotores tomar una decisión sobre si dan el salto a una planta de captura de 20 megavatios que verifique a escala comercial la tecnología de captura del Instituto del Carbón, que es distinta a la que se testará en la Ciudad de la Energía de León y en otras plantas del mundo y que, en principio, tendría menor coste.