Rioturbio (Mieres), J. VIVAS

La antigua barriada de Rioturbio acapara, al igual que muchas otras de las Cuencas, un alto porcentaje de población envejecida. Sin embargo, sus edificios, de cuatro plantas más un bajo la mayoría, no disponen de ascensor. Algo que para muchos vecinos supone un suplicio cada día, más cuando tienen que cargar con las pesadas bolsas de la compra.

Sin embargo, y después de los problemas que puedan llegar a poner desde el Ayuntamiento, la tarea de convencer a todos los vecinos para instalar un ascensor no es fácil, debido a otros factores, como el económico o la necesidad, en algunos casos, de ocupar parte de las viviendas. Guillermo González, que vive en un cuarto sin ascensor, explica que, en ocasiones, esta labor es «imposible. Hace unos años vinieron a la barriada unos técnicos que nos hablaron de la posibilidad de poner un ascensor en el edificio, pero no fuimos capaces a llegar a un acuerdo con los vecinos». En aquel entonces, los técnicos les daban varias opciones, sacar el ascensor por el patio exterior u ocupar parte de la estrecha escalera, que obligaba a que cada vecino cediese parte de su vivienda. «No hubo manera, los pisos son muy pequeños, con lo que nadie quería la segunda opción, en cuanto a la primera, salía muy caro, y aquí viven personas con pensiones muy bajas», apuntó este vecino.

Maribel Robles, que habita en un segundo, afirma que «estaría encantada de que pusiesen un ascensor, sobre todo cuando vengo del supermercado, pero cuesta mucho dinero y no estamos ahora en condiciones de pagarlo».

Tanto Guillermo como Maribel viven en edificios en los que, al menos, sí habría posibilidad de instalar un ascensor. Sin embargo, hay otros inmuebles donde sería imposible, como ocurre con los que están junto a la carretera general y los que están al lado del río. «Allí no hay sitio», explica Paco Martínez, que vive en un tercero. Paco explica que, debido a esta situación, «hay muchos vecinos que al final deciden cambiarse de casa y buscan pisos en la planta baja, para ahorrarse las escaleras, ya que es la única manera que tienen». En cuanto a la posibilidad de instalar un ascensor en el resto de edificios que sí lo permiten, «creo que al final no va a haber acuerdo, aunque es verdad que hace mucha falta porque la mayor parte de los vecinos somos de la tercera edad y ya no estamos para esos trotes».