Mieres del Camino,

Julio VIVAS

Las huellas del pasado a veces se ven mejor desde la distancia, incluso desde el aire. Un grupo de investigación impulsado por la Universidad de Burdeos en el que participan historiadores y arqueólogos españoles han conseguido localizar antiguos asentamientos de la época de la ocupación romana en la cornisa cantábrica mediante prospecciones aéreas. Desde el avión han fotografiado, entre otros, cinco probables asentamientos astures y romanos en los entornos de los puertos de San Isidro y Pajares, en los límites de las Cuencas con León

Uno de los responsables del proyecto es Ángel Morillo, profesor titular de Arqueología Romana de la Universidad Complutense de Madrid. Él se centró en la investigación realizada en León y en la zona de Asturias que limita con esa provincia. En su caso, comparte protagonismo con el investigador de la Universidad de Burdeos François Didierjean, que es el que ha pilotado la avioneta con la que recorrieron la zona en busca de nuevos hallazgos.

«Hemos hecho siete vuelos de exploración en los que hemos realizado decenas de fotografías de lo que parecen ser asentamientos astures y romanos en el límite con la provincia de León», explica Morillo. El proyecto se encuentra en una primera fase de exploración aérea «y para completarse tendríamos que trabajar sobre el terreno para comprobar la veracidad del descubrimiento. De hecho, hace poco hicimos un reconocimiento en tierra en León y comprobamos que lo que pensábamos que era una estructura antigua, en realidad eran unos canales».

Mientras llega el reconocimiento sobre el terreno, la labor de estos investigadores se centra ahora en el posicionamiento de las fotografías tomadas sobre el mapa. «Combinamos las imágenes con el Sistema de Información Geográfica de Parcelas Agrícolas (Sigpac) y Google Earth, que es una gran ayuda para hacer las cartografías arqueológicas», apunta el profesor. Estos programas informáticos, que utilizan las imágenes de los satélites, «son necesarios, pero más para posicionar que para encontrar los restos arqueológicos, ya que el punto de vista que tenemos desde una avioneta es mucho más conciso».

Con el resultado final, los investigadores pondrán el proyecto a disposición de la administración, así como de otros arqueólogos interesados en la materia. Entre estos últimos se encuentra Jorge Camino, arqueólogo del Museo de Asturias y director de las excavaciones que se han hecho en la zona de La Carisa. De hecho, gracias al trabajo del equipo impulsado por la Universidad de Burdeos se descubrieron hace unos meses restos de una probable fortaleza defensiva de origen romano en la Collá Propinde, en Lena, donde Camino pretende excavar este verano.

El objetivo final de este proyecto hispano-francés es «ayudar a proteger el patrimonio, ya que conseguimos completar los mapas arqueológicos que tiene la administración, que pueden ser claves ante el desarrollo de cualquier proyecto urbanístico o de infraestructuras». También les mueven otros intereses, en el caso de Morillo, «la iniciativa me interesa desde el conocimiento general de la época prerromana y romana. En mi caso, exploro la zona leonesa porque fui profesor de arqueología en la Universidad de León durante ocho años, y sigo vinculado a ella, sobre todo en iniciativas de tema militar sobre la invasión romana. Así que cuando la Universidad de Burdeos me planteó colaborar, acepté».

Los estudios de estos investigadores, que arrancaron hace tres años, también se han centrado en otras zonas del país, como Cantabria, Navarra y La Rioja. En total, el proyecto está formado por un grupo de 16 investigadores que se ocupan de diferentes ámbitos del proyecto, la mitad españoles y el resto de la Universidad de Burdeos, dirigidos por Milagros Navarro.