Ex presidente de Festejos San Pedro de La Felguera

Langreo, E. PELÁEZ

Rufino Roces recibe hoy un doble reconocimiento por su labor durante más de 50 años en diferentes asociaciones felguerinas: la distinción «Ciudadano Ejemplar» de Langreo del Ayuntamiento, y, desde las ocho y media de la tarde, el cariño de los amigos en un acto de homenaje, que se une al que le brindó la Fundación Marino Gutiérrez en octubre.

-¿Qué supone para usted convertirse en el primer langreano con la distinción «Ciudadano Ejemplar»?

-Supone una gran satisfacción. Fue algo que no esperaba. Cuando me lo comunicaron quedé sorprendido, pero también muy agradecido. Por otra parte, y por ser el primer título de Ciudadano Ejemplar contraigo una enorme responsabilidad. Servir de ejemplo no debe de ser fácil y no me veo con esa capacidad. Estoy un poco asustado.

-El acuerdo fue tomado por unanimidad en el Consistorio.

-Sí y me produce agrado. Me alegraría que esa unanimidad se consiguiese en otros asuntos más importantes. Tirando todos en la misma dirección conseguiremos algo más.

-¿En qué ámbitos cree que es necesaria esa unión?

-Nadie tiene la razón absoluta en ningún asunto. Hay que dialogar y llegar a puntos de coincidencia. La democracia es saber ceder porque imponer es dictadura.

-Y tras la entrega de la distinción llega la reunión de amigos, otro homenaje.

-Espero que sea el último de esta larga serie de reconocimientos. Estoy tan orgulloso como del galardón. Seguramente en la convocatoria influyó la crisis de salud que sufrí hace pocos meses. Me va a servir para dar gracias a todos los que se interesaron por mi salud. Aunque trato de contactar con ellos por teléfono o correo son tantos que no me dio tiempo a terminar. Estoy emocionado, tengo miedo a no poder articular palabra.

-Entre las asociaciones convocantes del acto figuran «Langreanos en el Mundo» y «Les Filanderes» junto a otras dos, la Sociedad de Festejos y Cultura San Pedro y la Orquesta Langreana de Plectro, de las que fue presidente.

-Les estoy muy agradecido. Además me gusta que el encuentro se llame reunión de amigos.

-¿Qué le empujó a desempeñar cargos de relevancia en el mundo asociativo felguerino desde hace cinco décadas?

-Creo que eso va en la forma de ser. A mí me implicó mi padre, que formaba parte del Círculo Popular. Pasaba mucho tiempo en el campo de La Barraca y convivía con gente mayor que colaboraba con el equipo de fútbol, obreros que salían de la fábrica y se ponían a trabajar para que el terreno de juego estuviese en condiciones. Cuando volví de la mili, el Círculo Popular se había fusionado con el Racing de Sama. Muchos de los que estábamos en contra de la fusión nos refugiamos en la Sociedad de Festejos San Pedro, que había pasado una crisis bastante aguda.

-Fue presidente en dos colectivos y director en un tercero al mismo tiempo.

-Estaba en la Sociedad de Festejos San Pedro en los inicios de la Orquesta Langreana de Plectro. Ocupaba dos presidencias a la vez cuando en 1996 falleció Marino Gutiérrez. Por la amistad que tenía con él no me podía negar. El año pasado dejé la Fundación Marino Gutiérrez, en la única que estaba entonces, para dedicar más tiempo a la familia.

-¿Qué necesidades detecta en La Felguera?

-Está muy guapo y es uno de los mejores lugares para vivir, aunque necesita que los trenes reduzcan sus tiempos de desplazamiento. Si el soterramiento de las vías no se acompaña de esa mejora sólo ganaremos en belleza y en amplitud, que se necesitaba después de 150 años pasando el tren por el medio del núcleo urbano.