Mieres del Camino,

Pablo CASTAÑO

El edificio de viviendas que Sepes ha construido en el centro del barrio de la Mayacina, en Mieres, no deja a nadie indiferente con el negro carbón de sus fachadas, su piel de acero, las ventanas irregulares, las diferentes alturas... El inmueble chirría en la trama urbana de Mieres y los habitantes de la villa no acaban de acostumbrarse a sus formas y texturas. Sin embargo, ahora miran al edificio con otros ojos, sobre todo después de que el jurado de la XI Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo concediera al edificio diseñado por Bernardo Angelini y David Casino, del estudio Zigzag, el Premio de Arquitectura, máximo galardón del certamen nacional.

El jurado eligió el edificio de 131 viviendas protegidas del nuevo ensanche urbano de Mieres entre las 734 candidaturas que se habían presentado al concurso, que en esta edición se celebraba bajo el título «Lo próximo, lo necesario», en referencia a la situación de crisis y de reconversión en el sector de la construcción. Patronos y miembros del jurado coinciden en señalar que el edificio de la Mayacina encarna esa transformación.

«Las actuaciones de las administraciones públicas, de los promotores privados y muy especialmente de los profesionales de la arquitectura y el urbanismo hacen gala, en esta edición de la Bienal, de la adecuación entre objetivos y medios y de la capacidad de experimentación e innovación en un sector en plena reconversión. Me congratula saber, en este sentido, que el Premio de Arquitectura ha recaído en una promoción de vivienda pública», señala José Blanco, Ministro de Fomento, en la presentación del catálogo de la XI Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo, que acaba de ser publicado con una foto del edificio de la Mayacina en la portada.

«La vivienda, en general, pero en particular la de promoción pública, ha ocupado un papel destacado en la selección del certamen, pues el Premio de Arquitectura lo ha obtenido un edificio de viviendas protegidas en Mieres (Asturias), y el Premio de VPO un edificio para jóvenes en el barrio de El Rastro, Vara de Rey (Madrid). Ambos son ejemplos significativos de cómo abordar la vivienda plurifamiliar protegida en dos contextos urbanos y sociales muy distintos», señala por su parte Beatriz Corredor, secretaria de Estado de Vivienda. «En los premios de este año destaca el reflejo de la adaptación de la nueva arquitectura española a los tiempos de crisis y las distintas maneras de responder a ella. Quizás en algunas ocasiones vemos una arquitectura menos centrada en lo espectacular; pero sin duda también estamos asistiendo a un quehacer más mesurado y, en muchas ocasiones, más colectivo e integrador. En este sentido es destacable la obtención del Premio de Arquitectura al Edificio de 131 viviendas protegidas en Mieres de los arquitectos Bernardo Angelini y David Casino», apunta también el lenense Salvador Ordóñez, rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y miembro del comité de honor de la Bienal Española de Arquiectura y Urbanismo.

El edificio de la Mayacina se ha convertido en símbolo de la arquitectura de crisis, pero hay que tener cuenta que el proyecto se elaboró hace más de cinco años, con motivo del concurso de ideas organizado por SEPES para el desarrollo de la Mayacina, y que en aquella época aún no había estallado la burbuja inmobiliaria.

Los miembros del jurado de XI Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo (formado por diez expertos y ocho representantes institucionales), más allá de los valores simbólicos, decidieron conceder el premio al edificio de Mieres «en primer lugar por su atenta inserción en un entorno urbano, con un paisaje que se percibe desde las aperturas de la manzana; cuyo interior se convierte en un espacio de relación, al que se vuelcan accesos y viviendas». También porque «el tratamiento de las pieles del edificio resulta inteligente y sensible, al rememorar con paneles de acero la memoria industrial de la villa y con celosías de madera y la envolvente curvilínea de la planta baja, los prados y montes que la rodean». Asimismo, el jurado destaca en su fallo que «resulta destacable la madurez con que se resuelven las viviendas pasantes, las discretas soluciones ambientales, la disposición de los accesos en el interior de la manzana y el juego de orientación y altura para conseguir un adecuado asoleo».

El jurado hace suya en parte la explicación que los autores dan de su proyecto. En el catálogo XI Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo, junto a una decena de fotos y planos del edificio de la Mayacina, los arquitectos Bernardo Angelini y David Casino señalan en cuatro puntos las características esenciales de su obra:

l Capturar el lugar, reencontrarse con el Valle. Una de las características más interesantes que se puede percibir en el lugar es que, a pesar de estar en medio de la masa urbana edificada de Mieres, es posible reencontrarse con visiones recortadas del monte y de los prados del valle en lo alto. Quisimos recuperar esta doble cualidad para el proyecto, urbano y rural al mismo tiempo. Buscamos un juego volumétrico del edificio con el entorno, vacíos y recortes que permiten observar montañas entre edificios, fragmentos del paisaje asturiano a lo lejos y que a la vez dejaran al sol y al aire introducirse en el espacio interior.

l Una habitación urbana. La plaza interior, lugar de relación. Proponemos un retorno al origen del lugar. Un mundo interior que nos transporta a los prados visualmente perdidos, una habitación urbana, de bordes fragmentados que captura a los habitantes del Mieres a través de sus puertas abiertas a la ciudad. Abrir la manzana era otra de nuestras prioridades, conseguir que el espacio interior no se tradujera es un espacio trasero y olvidado, sino en el centro de las relaciones sociales de sus habitantes y en un lugar al que mirar. Los espacios de día de las viviendas vuelcan a esta plaza generando también actividad en las propias fachadas que la delimitan.

l Fachadas, diálogos de la memoria. El doble carácter del proyecto se traduce en su doble configuración material. Por un lado su cara urbana se materializa en acero y recuerda la memoria de Mieres más industrial y de las minas, antiguo motor económico de la ciudad. En la cara interior del edificio se busca una referencia rural, la vuelta a la naturaleza y al origen, al porche tradicional asturiano, al uso de la madera, que recuerda con sus ritmos verticales los bosques de los montes cercanos. La piel exterior es fachada y cubierta al mismo tiempo. Se construye con paneles de chapa grecada de acero de color gris oscuro y se trata como una cáscara protectora, como una envolvente continua y rugosa en la que se disuelven las aristas. La cara interior del edificio posee una doble piel; una transparente formada por grandes ventanas que definen el espacio interior de las viviendas, y otra compuesta por celosías móviles de madera que delimitan las terrazas, permitiendo el control por parte del usuario de la radiación solar y del grado de privacidad necesario en cada momento.

l Las viviendas. Las unidades de vivienda son pasantes, favoreciendo la ventilación cruzada y la doble orientación de las mismas. Se organizan por medio de un núcleo central húmedo que las divide en espacios de día y de noche. Las áreas diurnas vuelcan a la plaza interior del edificio y poseen grandes ventanales que aprovechan la valiosa radiación solar en Asturias, mientras que las zonas de noche, con huecos más controlados y dotados de persianas, vuelcan a la ciudad. La terraza, se plantea como una extensión visual y espacial. Está concebida como una pasarela ligera de tablones de madera de elondo que bordea la totalidad del perímetro interior del edificio.

Así describen los arquitectos su proyecto, materializado en el centro del barrio de la Mayacina. Vivir en los pisos ganadores del XI Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo está a la alcance de muchos. Grandes cartelones anuncian que todavía hay inmuebles a la venta a partir de poco más de 85.000 euros.

«Me congratula que el premio de Arquitectura haya recaído en una promoción de vivienda pública»

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Ministro de Fomento

«El edificio de pisos de Mieres es un ejemplo significativo de cómo abordar la vivienda plurifamiliar protegida»

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Secretaria de Estado de Vivienda

«En los premios de este año destaca el reflejo de la adaptación de la nueva arquitectura a los tiempos de crisis»

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Rector de la Menéndez Pelayo