Hasta el día 5 de marzo permanecerá, en la Sala de Exposiciones de la Casa de Cultura de Mieres, la exposición fotográfica «Lloreo, una valle por y para conocer». El acto central de la exposición estuvo organizado por el Club de Prensa de LA NUEVA ESPAÑA y contó con la presencia de Manuel Ángel Álvarez, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Mieres, Celso Suárez, presidente de la asociación cultural de Lloreo «Los Averinos» y Lucio Sierra, archivero de la citada Asociación Cultural, que es la que organiza la exposición y está llevando a cabo una labor de recuperación y dignificación del valle de Lloreo.

La presentación del acto corrió a cargo de José Manuel García, que coordinó la charla y aportó datos sobre la Asociación recién creada y su papel de colaboración y trabajo con otras asociaciones de Lloreo, para ir en la misma dirección, para sumar voluntades y esfuerzos. Así, José Manuel García destacó que «Lloreo es una de las parroquias más desconocidas de concejo y, sin embargo, un enclave hermoso que merece la pena conocer». Las primeras datas sitúan a Lloreo en 1143, y el conjunto patrimonial que hoy se puede permite acercarse al aspecto de un pueblo de las comarcas mineras de principios de siglo XX. Para José Manuel García, la conservación urbanística del pueblo «se mantiene indemne en un ochenta por ciento», lo cual resalta el mérito de los vecinos y la responsabilidad de estos con el respeto a los valores patrimoniales y culturales propios.

Celso Suárez, presidente de la asociación cultural de Lloreo «Los Averinos», agradeció la presencia de los asistentes a la exposición y habló sobre Lloreo, «pueblo próximo a la villa de Mieres, pueblo desconocido para muchos». Por su parte, Lucio Sierra, archivero de la Asociación, no quiso dejar pasar la oportunidad para destacar el trabajo y objetivos que persigue la asociación desde su origen etimológico a su fundación bajo el manto del premio como el «pueblo más limpio de Mieres». Así nació la asociación «Los Averinos» y así se comenzó a recopilar material fotográfico: «Unas 3.000 instantáneas de cuevas, arboles, casas, material etnográfico y religioso de toda clase. De esta forma se va fraguando la idea de poner en marcha la asociación». A la exposición se suman cartafueyos y escritos varios de poemas y epigramas sobre Lloreo.

Entre los objetivos de la asociación, Lucio Sierra destacó «la protección, estudio y divulgación de Lloreo, la disposición y colaboración para plasmar en un libro el trabajo de Miguel Ángel Álvarez, fotógrafo del pueblo y la recogido de material oral de Emilio Botamino. También el reconocimiento y homenaje de aquellas personas que por su trayectoria hayan contribuido de manera desinteresada al bienestar de sus vecinos, así como el desbroce y estudio de los dos cementerios existentes tras la iglesia, uno municipal y otro eclesiástico, y el estudio de la iglesia parroquial de Lloreo, con la ayuda de Arcadio Alonso, doctor en Teología. A todo esto se suma la publicación de un libro que recoja las fotos de esta exposición junto con una historia del pueblo». Otro objetivo más ambicioso es la recuperación del tren a vapor, también objeto de otro colectivo vecinal con el que quieren sumar trabajo por Lloreo.

Manuel Ángel Alvarez, concejal en Mieres, incidió en los méritos del pueblo y destacó la labor de sus vecinos «que están trabajando mucho por mejorar las condiciones de su entorno». El acto se cerró con una charla sobre la exposición, los antecedentes históricos de Lloreo y sus construcciones y los problemas que plantea la conservación del rico patrimonio cultural y etnográfico de Asturias, en particular, de los pueblos como Lloreo. Un lugar que obligada visita para todo aquél que se acerque durante estos días a la exposición en la Casa de Cultura de Mieres.