Langreo,

J. A.VEGA

Factores geográficos, sociales y culturales marcan un territorio e influyen en la literatura, como la escrita en asturiano. Pablo Antón Marín Estrada y Xurde Álvarez hablaron sobre el tema en la Casa de Cultura de La Felguera en un acto organizado por la asociación Cauce del Nalón en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. La charla fue presentada por Chechu García, que hizo un recorrido por la obra de los dos autores. Comenzó hablando de la influencia de la situación geográfica en la escritura, vinculada al arco atlántico y con un ritmo vital semejante. Destacó que el asturiano es su idioma literario «heredado de la cultura latina de la que ellos forman parte». A continuación señaló la gran influencia del movimiento obrero en su obras, con un claro reconocimiento de pertenencia a clase y valores de solidaridad, lucha y dignidad. El presentador dijo que la lucha de clases está reflejada en sus obras con referencias a la miseria de obreros y campesinos.

Pablo Antón Marín Estrada planteó la escritura como «una lucha contra el tiempo, la memoria y el olvido» y reivindicó la cultura campesina, obrera e industrial que se mecen en la comarca del Nalón. Se trata de dos mundos que confluyen en la revolución industrial «algo magnífico para un escritor porque aquí se une la pequeña y la gran historia». La identidad marca el territorio y más si es una identidad de resistencia. El escritor cree en esa resistencia porque escribe en asturiano. «Somos muy afortunados los que defendemos las lenguas minoritarias», sentenció. Marín aprovechó su intervención para reivindicar apasionadamente la literatura oral, «lo que obliga a un escritor a tener oído con memoria». Estos temas de investigación oral, en parte recogidos de su padre, le han servido para escribir sobre la guerrilla asturiana. El autor finalizó comentando que la literatura tiene una utilidad clara: «transformar la realidad, pero también recordarla».

Xurde Álvarez empezó su intervención comentando que «nadie puede escapar del entorno en el que vive» porque uno reacciona ante la realidad que ve, buena o mala. La reacción viene siempre de la parte negativa «porque tratamos de cambiar lo que no nos gusta». Y relacionó el proceso de creación literaria con la respiración, porque al inspirar la realidad y luego expirarla se aporta algo, que en el caso de los escritores son los libros. Álvarez comentó con el público que la literatura asturiana habla de lo que sabe, aunque al final es algo universal porque no hay tanta diferencia entre un campesino asturiano del siglo XIX y uno ruso de la misma época. Al igual que Marín, defendió la lengua asturiana «porque cuando amas algo y lo atacan, lo normal es que lo defiendas». Para el autor, lo bueno de la literatura es que cada uno puede jugar y sacar sus propias conclusiones y además «un libro puede ser lo que tú sepas, no lo que quieras». Preguntado por la vinculación de su trabajo con la novela «Moby Dick», señaló que «la vida no consiste en conseguir cosas, sino en el viaje para conseguirlas, porque cuando las tenemos se acaban».