Mieres / Langreo, L. M. D.

El proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2012 le da un importante bocado al dinero destinado a reactivación económica en las Cuencas. Para el desarrollo de infraestructuras el Ejecutivo central destina 101,57 millones de euros que se destinarán «a hacer frente a compromisos y obligaciones provenientes de años anteriores fundamentalmente», es decir, proyectos iniciados y acordados. Según el propio Gobierno, «las medidas tomadas para la reducción del déficit público han obligado a rebajar de manera muy importante los fondos destinados a esta partida».

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, presentó ayer unos Presupuestos que establecen una aportación al Instituto para la Reestructuración de la Minería del Carbón de 656,37 millones de euros, lo que supone 422,14 millones menos que en 2011, cuando en los presupuestos se destinaron 1.078,51 millones al Instituto del Carbón. Esto supone un descenso definitivo del 39,1%. El viernes, tras el Consejo de Ministros, el Gobierno, en su comparecencia, había rebajado la aportación hasta los 359 millones, una cifra que aún figuraba en algunos de los documentos facilitados ayer por el Ejecutivo.

De los 655,37 millones que se destinan al Plan del Carbón, el desarrollo de infraestructuras se lleva 101.568.730 euros, que irán destinados a obras en marcha y comprometidas. En estos momentos, están en construcción grandes proyectos como el desdoblamiento de la carretera de los túneles de Riaño, el soterramiento de las vías de Feve en Langreo o la «Y» de Bimenes.

El capítulo de infraestructuras había tenido el año pasado un presupuesto de 289 millones de euros y no es el único que se ve reducido dentro de las partidas para la reactivación de las comarcas mineras. Las ayudas destinadas a financiar iniciativas empresariales generadoras de empleo supondrán un desembolso de 39 millones de euros en 2012 frente a los 120 millones de 2011 . De la cantidad disponible, 4 millones se dedicarán «a financiar pequeños proyectos empresariales». Toda esa partida, además, «irá destinada a financiar compromisos adquiridos en años anteriores, en virtud de la plurianualidad de las ayudas concedidas», es decir, que no se financiarán nuevos proyectos empresariales. La partida destinada a formación (becas para estudios y capacitación de desempleados) será de 2 millones frente a los 25 millones de 2011.

Pese a los recortes, Cristóbal Montoro aseguró que el Gobierno del PP mantiene «una apuesta clara por todas las zonas mineras». El ministro afirmó que «hemos adecuado las cantidades presupuestadas a las cifras reales. En 2011 la ejecución de las partidas fue del 27 por ciento».

En lo relativo a las ayudas al sector del carbón, las ayudas a las empresas (tanto públicas como privadas) será de 186.651.760 euros. El proyecto establece claramente además el carácter finalista de estas ayudas en el año 2018. Por su parte, las ayudas «a costes sociales y técnicos derivados de planes de modernización, reestructuración y racionalización de la actividad en las empresas mineras» para 2012 ascenderán a 320 millones de euros. Esta partida se destinará en su mayor parte a sufragar las prejubilaciones del sector del carbón español.

El Consejero de Economía del Principado, José Manuel Rivero, hizo ayer referencia a la situación creada por el recorte de los fondos mineros, y acusó al Ejecutivo de no aprobar una serie de proyectos de reactivación a pesar de que el Principado había enviado en tiempo y forma la documentación que evitaba que caducasen estos proyectos. Estas iniciativas (17 en total) incluyen cuatro carreteras (Cecos-Luiña, Bárcena del Monasterio-Pola de Allande, el enlace de Lieres de la «Y» de Bimenes y el desdoblamiento de los túneles de Riaño) y proyectos de los fondos mineros municipales, como la biblioteca de Blimea, la rehabilitación de lavaderos en San Martín, el plan de infraestructuras sociales de Aller y el archivo histórico minero (Langreo).

Las subvenciones a las minas caen un 38%

Madrid, Modem Press

Las ayudas a la explotación de carbón que reciben las empresas mineras, tanto Hunosa como las privadas, sufrirán un importante recorte del 38% respecto a la cantidad percibida durante 2011. Así, según establecen los Presupuestos, dentro del epígrafe «Ayudas a la producción corriente», las compañías mineras percibirán «la cantidad de 186.651.760 euros incluyendo empresas públicas y privadas».

Son casi 115 millones de euros menos que en el ejercicio anterior, cuando las compañías recibieron 301.521.007 euros «para cubrir total o parcialmente la diferencia entre el coste de producción y el precio de venta del carbón libremente acordado entre las partes, teniendo en cuenta el mercado internacional y lo dispuesto en el Real Decreto 134/2010 de 12 de febrero, por el que se establece el procedimiento de resolución de restricciones por garantía de suministro y se modifica el Real Decreto 2019/1997, de 26 de diciembre, por el que se organiza y regula el mercado de producción de energía eléctrica». El recorte que sufrirán estas ayudas indispensables para el funcionamiento de las empresas mineras españolas se acerca pues casi al 40%, muy por encima del 10% anunciado en su día por el anterior ejecutivo del PSOE. Hay que tener en cuenta además que la UE, según la decisión del Consejo de diciembre del 2010 en la que se acordó poner fin a las ayudas en el año 2018, sólo exige los recortes en este aspecto a partir del año 2014, cuando establece en un 25% la reducción de dicha subvención.

El importantísimo recorte fue recibido ayer como un «jarro de agua fría» por parte de la patronal minera, Carbunión, hasta el punto de que fuentes de dicho organismo aseguraron que muchas de las empresas «tendrán serias dificultades para proseguir su actividad y serán inevitables los expedientes de regulación de empleo y la pérdida de puestos de trabajo».

A este recorte hay que añadir además los 46 millones de euros en que se reducirán este año los pagos a las empresas eléctricas por consumir carbón nacional, una rebaja del 10% respecto al año pasado, con lo que las diez térmicas que queman en sus calderas mineral nacional consumirán, en números redondos, un millón de toneladas menos de carbón autóctono, lo que también repercutirá en los resultados de las empresas.