No precisamente en lo concerniente al tiempo que esta última semana llevamos padeciendo, que sin transición, pasamos de la manga corta a las prendas de abrigo, e incluso a la calefacción.

Semana de pasión la que acaba, pero a lo que se barrunta va a durar hasta ni se sabe, obviamente no en lo religioso, sino a las connotaciones negativas que nos van a fastidiar a todos hasta...

Cada día que pasa la cuerda se tensa un poco más, con suerte para los que aún pueden aguantar otro tirón, pero en el camino se van quedando miles de personas que han tocado fondo, con nulas posibilidades de salir a flote.

Al ciudadano de a pie, que tiene que lidiar con las cosas más perentorias, le importa un rábano que la situación actual sea la herencia recibida del felizmente desaparecido Zapatero, o sus mariachis, la imprevisión de Mariano tijeras con lo que se le venía encima, las imposiciones de doña Angela Merkel, los mercados, o la pm. que parió al conejo.

El españolito que de repente tuvo que bajar de sopetón unos cuantos escalones hasta encontrase en el sótano más lúgubre, se la sopla todo, deseando soluciones con independencia de colores.

De sobra sé que la cosa resulta chunga, pero mientras tanto el todo en su conjunto marcha a mucho peor.

Resulta todo un tópico el utilizar lo de los casi seis millones de parados, que ahí están con su problemática y nulos visos de solución, pero como ejemplo del deterioro en que nos encontramos, no es otro que en Langreo Cruz Roja tiene que distribuir a mil personas alimentos de primera necesidad varias veces al año. Dejo a un lado a gentes que aún en extrema necesidad siguen reticentes a ser considerados en este último eslabón, a los que la sociedad arrastró como desheredados.

Mientras tanto, la sociedad política -igual habría que cambiar la vocal a, por la u- se divide entre lo de galgos o podencos, o pendiente del árbitro que va a decidir a favor de quien toca el penalti decisivo, ajenos todos ellos al negro futuro, y sobre todo presente, que nos espera en las Cuencas, y que uno ya se conformaría con que tan sólo esta primavera fuera «calentita», pero me temo que vendrán unas cuantas estaciones más. Eso es lo que apuntan los indicadores.

Los recortes y pérdida de derechos adquiridos ya hace tiempo que dieron comienzo, incluso en cosas realmente imprescindibles, con el aviso incluido de que todo ello es simple inicio.

Asturias, otrora pionera en defender sus derechos. Se encuentra desde hace tiempo en la UCI, inmersa en un profundo sopor, seguramente anestesiada a base de recibir palos de todos los que nos llevan gobernando, azules o coloraos, todos iguales. Y con pocas esperanzas de pasar, como mal menor, a planta.

Y cuando tenemos a la vuelta de la esquina la declaración de la renta, en la que si usted o yo mismo nos despistamos en un par euros, por otro lado imposible, pues nos tienen bien grapados, nos cae el pelo, mientras tanto a los defraudadores de siempre, estafadores, o con dinero manchado en asuntos ilícitos, se les concede amnistía total para que regularicen los ingresos de sus fechorías.

De todos modos ya estamos acostumbrados a que aquí nunca pase nada, pero cualquier día. igual la pota ponse a ferver...Y veremos cuánto se desborda.