Mieres del Camino,

C. M. BASTEIRO

Rafael Palacio, conocido como «Falo el de Bimenes», podría pasar a formar parte de la historia sidrera en las próximas horas. Este hostelero de raíces mineras y asturianas pero afincado en Vigo, intentará esta tarde batir un récord mundial de escanciado fuera de las fronteras de Asturias. El certamen de escanciadores que ha convocado se celebrará en su sidrería de la playa de Patos, en Nigrán. Ya lo tiene todo listo, incluso las 7.000 botellas que se pondrán a la venta para firmar la entrada en el «Libro Guinness».

La idea de celebrar este certamen surgió, como siempre pasa con las grandes ideas, de una forma espontánea. «Estaba leyendo LA NUEVA ESPAÑA digital y, en una noticia sobre el concurso de escanciadores de Gijón, había un comentario sobre lo difícil que sería batir un récord echando sidra fuera de Asturias», explica Palacio. Le pareció curioso y empezó a buscar fórmulas para organizar una réplica del certamen gijonés, que verano tras verano bate récords de participación y logra reunir a más de 7.000 escanciadores que echan sidra de forma simultánea.

El primer intento para hacer realidad esta idea tuvo lugar hace años, pero no prosperó. «Falo el de Bimenes» no logró los permisos administrativos y el proyecto quedó aparcado temporalmente. Este año, con la llegada del verano, se hizo cargo del establecimiento hostelero de la playa de Patos. Buscó un toque muy asturiano y lo transformó en la sidrería «Patos Beach», con sidra abundante y comida tradicional asturiana. El establecimiento cuenta con 3.000 metros cuadrados privados, por lo que Palacio se dio cuenta de que estaba en «el lugar idóneo y en el momento preciso» para convocar a los escanciadores fuera de las fronteras de Asturias.

Decidir la fecha fue tarea fácil. Quiso celebrarlo esta tarde, cuando se festeja el Día de Galicia, porque le pareció «muy significativo». «Quiero demostrar que la unión de las culturas es posible y que la sidra puede triunfar fuera de la región, sobretodo por lo llamativo que es ver cómo se escancia», añade. Para animar a los participantes ha dejado la sidra a un precio «razonable». Los escanciadores podrán formar parte del récord mundial pagando cuatro euros por una botella y un vaso.

El hostelero reconoce que ha trabajado duro para celebrar este certamen, pero cree que merecerá la pena porque se confiesa un amante de la sidra y de la cultura que la rodea. De hecho, quedó seleccionado en varias ediciones dentro del concurso de escanciadores de Nava y en otras pruebas con tradición en Asturias. El mayor triunfo que puede conseguir esta tarde, según asegura, no es batir una marca. Es saber que la sidra se da a conocer «y poner en valor el arte de servirla».