Madrid / Langreo, Iñaki ETXARRI / Mario ANTUÑA

Era un fracaso anunciado, pese al optimismo de los sindicatos y los empresarios tras la reunión del pasado martes, fruto más del deseo que de la realidad de vislumbrar un cambio en la rigidez del Ejecutivo. La negociación de ayer con el Ministerio de Industria concluyó sin ningún avance, ni siquiera un acuerdo de mínimos que sirviera para desconvocar las movilizaciones. El «inmovilismo» del Gobierno del PP, según los representantes del sector, que rechazó las propuestas que sobre la mesa fueron planteado tanto Carbunión como FITAG-UGT y CC OO para desbloquear el conflicto, hizo imposible un desenlace positivo. Casi cinco horas y media de reunión «que fueron, otra vez, una tomadura de pelo», afirmaba indignado uno de los empresarios. Y corroboraron los sindicatos.

El desenlace era previsible desde el momento en que José Manuel Soria, horas antes de la reunión, afirmaba ver un «cambio» en las posturas del sector, «sobre todo en la percepción» que tienen de los recortes en las ayudas. El ministro de Industria aseguraba que la visión que tenían desde hace meses trabajadores y empresarios era que el Gobierno «tenía algún margen de maniobra para 2012», algo que no sucede, debido a los objetivos de déficit público y a las «tremendas» restricciones presupuestarias para todo el Ejecutivo. Traducido: Soria entendía que empresarios y sindicatos aceptaban el recorte del 63% de las ayudas, sin compensaciones. Nada más lejos de la realidad.

Al iniciarse la reunión de la comisión de seguimiento del Plan del Carbón, el secretario de Estado de Energía, Fernando Martí, anunció que no había nada que hablar de las ayudas recortadas de este año y tampoco sobre un nuevo plan para el período 2013-2018 hasta que se conozcan los números de los Presupuestos del Estado para el próximo ejercicio, por lo que animó a empresarios y sindicatos a elevar por escrito sus propuestas al Ministerio, con el fin de entablar nuevas negociaciones en los próximos meses. Desde ese momento -casi el minuto 1-, la reunión fue un diálogo de sordos. No hay previstos nuevos encuentros hasta septiembre u octubre.

Al finalizar la reunión de ayer, el presidente de la patronal Carbunión fue tajante en sus primeras declaraciones: «De ésta se cierra el sector. Aquí no hay nada para el 2012, ni plan del 2013 al 2018. No hay nada de nada. El Gobierno sólo quiere cerrar las minas, y comenzarán a clausurarse unas mañana, otras dentro de unos días y las demás en unas semanas... hasta que ya no quede nada». Victorino Alonso aseguró que, en principio, no se plantea cerrar las explotaciones de su grupo de forma inmediata. «Seguiremos hasta donde podamos. Hasta que se nos acabe el dinero», añadió el empresario leonés.

Al término de la infructuosa reunión con el secretario de Estado de Energía, los representantes de SOMA-FITAG-UGT y de la Federación de Industria de CC OO permanecieron reunidos en el Ministerio para deliberar sobre la postura a tomar a partir de ahora. Pasada la medianoche, la reunión se prolongó fuera de las dependencias ministeriales. Las centrales, tras la rígida posición del Gobierno central, comenzaron a recomponer las tensas relaciones de las últimas semanas. Esta mañana, en Madrid, comunicarán los acuerdos que hayan alcanzado durante la madrugada.

Según ha podido saber este diario, CC OO es, en principio, partidario de que los mineros vuelvan al trabajo. Una posición similar es también valorada desde el SOMA-FITAG-UGT. La desconvocatoria de la huelga indefinida iniciada hace 65 días permitiría descargar la presión de la movilización de las espaldas de los trabajadores, que llevan más de dos meses sin cobrar.

Tras el fracaso de la reunión de ayer, los dirigentes sindicales realizaron a medianoche, en las puertas del Ministerio de Industria, sus primeras valoraciones.

Víctor Fernández, secretario de minería de FITAG-UGT, acusó a Industria de «querer jugar con nosotros, pero con quien realmente están jugando es con los mineros y con todos los habitantes de sus comarcas. Definitivamente, se han quitado la careta y ha quedado claro que aquellos que decían continuamente que éramos los sindicatos y los empresarios quienes no queríamos sentarnos a negociar mentían, porque el que no quiere negociar, como ha quedado claro, es el Gobierno».

Felipe López, de CC OO, calificó el encuentro «de sorprendente, porque sorprende que nada más comenzar la reunión se nos diga que no se puede acordar nada ni de palabra ni por escrito. A partir de ahí, todo sobra, y si lo que quieren es que no se llegue a ningún pacto ni acuerdo, que lo digan ya y dejamos de perder el tiempo».

El líder del SOMA-FITAG-UGT, José Ángel Fernández Villa, en una primera valoración aseguró que «lo de hoy ha sido toda una operación de marketing del Gobierno para hacer ver que quiere negociar cuando, en realidad, no es así, como quedó patente desde el inicio de esta comisión de seguimiento y de todas las reuniones que hemos mantenido en todos estos meses, en los que no movieron ni un milímetro su postura, algo que jamás vi en los últimos treinta años y en ningún Gobierno de la democracia».