La Collá d'Arniciu (Caso),

T. MENÉNDEZ

A casi mil metros de altura el queso casín sabe mejor. Y si no que se lo pregunten a los cientos de asistentes al XXV Certamen de este queso en la Collá d'Arniciu, celebrado en el día de ayer. La fiesta, de interés turístico regional, se convirtió un año más en el punto de encuentro de los principales productores de este queso, 16 en total, de los cuales únicamente tres son profesionales por completo.

En la fiesta estuvieron los alcaldes de Caso y Piloña, Tomás Cueria y Carmen Barrera. «Tenemos que defender nuestro queso», coincidían. Los regidores, junto a los asistentes a la fiesta, repiten año tras año para apoyar a los 16 valientes que nuevamente expusieron y vendieron sus productos, hasta llegar a cerca de 1.000 kilos. «Eran las dos de la tarde y ya estaba todo terminado», explicaba Antonio Aladro, de la Sociedad de Festejos. Eso sí, el nivel de asistencia fue un poco menor que el del año pasado «por la crisis», aunque se pusieron a la venta más kilos.

Jóvenes y adultos, vecinos y forasteros se dieron cita en el prau de la fiesta. «Llevamos tres años viniendo y en todos caen un par de quesos», confesaba Isabel Susacasa, vecina de Pola de Siero. Sin embargo, los grandes protagonistas, volvieron a ser los productores que con mucho mimo y paciencia deleitan los paladares con «obras» en forma de queso. Estaban productoras habituales como Leonor Aladro, vecina de Prieres. «Llevo en el certamen desde que empezó y seguiré porque hay que animar el cotarro». Esta quesera revelaba haber heredado la forma de elaborar el queso de su madre y de su abuela: «Sigo haciéndolo al estilo antiguo, como ellas».

Por su parte, otra de las habituales, Rosa Muñiz, de Orlé declaraba desde su más que extensa experiencia que «el queso casín es el que más da que hacer, aunque se hace con gusto». Marigel Álvarez, Medalla de Plata del Principado de Asturias por su labor de recuperación del quesu casín, explicaba como este año participaba en este certamen con más «orgullo» todavía.

En esta edición también se contó con algunas caras nuevas, como las de la quesería El Viejo Mundo de Bueres o la quesería Ca Llechi de Pintueles, Piloña. Emilio Tomás Gutiérrez, su dueño, manifestó sentirse muy contento en esta nueva aventura, en la que esperan repetir durante muchos años. Da igual la crisis o el degradado estado de la carretera de acceso, el certamen volvió a ser un éxito y como decían los artesanos y asistentes, «ya esperamos al del año que viene».