Mieres / Langreo,

E. PELÁEZ / A. VELASCO

Cuando la sociedad está de uñas con las entidades bancarias por la crisis y sus devastadores efectos para las familias, todavía queda un banco sobre el que no pesan las iras de los ciudadanos. Es la Federación Española de Bancos de Alimentos, una entidad que este año ha sido galardonada con el premio Príncipe de Asturias de la Concordia. En el Principado, con motivo de este galardón, el Banco de Alimentos de Asturias ha puesto en marcha una innovadora campaña con un autobús que recorrerá las principales poblaciones de la región y que ayer arrancó con visitas a Mieres y La Felguera con la «operación kilo».

El presidente del Banco de Alimentos de Asturias, Juan Luis Núñez, explicó que la idea de montar un autobús para recorrer Asturias «es una iniciativa novedosa para nosotros», pero pese a la incógnita sobre el número de visitantes que tendrían los resultados en las primeras horas del tour por la región eran positivas. «Ya se ha acercado mucha gente aquí en Mieres a dejarnos su kilo de comida y a interesarse por nuestro trabajo», indicó Núñez, que comentó que el objetivo principal del proyecto «es ofrecer vías para que la gente conozca nuestra labor, tanto para que el que tiene pueda colaborar como para que el que no tiene sepa donde recibir ayuda».

En el Banco de Alimentos, indicó el máximo responsable de la institución en Asturias, «recogemos comida y la distribuimos entre personas necesitadas a través de instituciones, centros benéficos, parroquias o asociaciones de vecinos». Esta comida viene de «donaciones de empresas, excedentes de fabricación, operaciones kilo en supermercados o colegios y también de la Unión Europea».

Sin embargo, no es el Banco de Alimentos el que reparte directamente la comida. «Tenemos una base de datos de centros que hay en Asturias: asociaciones de Cáritas, asociaciones de vecinos, albergues y cocinas económicas... A partir de ahí, son ellos y sus trabajadoras sociales las que valoran las necesidades de cada familia que acude a sus centros. En función de eso crean una demanda que nosotros intentamos cubrir», resaltó Núñez.

En Asturias hay entre 120 y 130 voluntarios fijos, aunque se refuerzan cuando abordan alguna campaña como la que han iniciado con motivo de los premios Príncipe de Asturias.

La situación en el Principado es «complicada», según el presidente del Banco de Alimentos. «La demanda creció un 30% el pasado año y este va por el mismo camino», afirmó. Pero como «Asturias es solidaria ese crecimiento de las peticiones se está cubriendo con un incremento igual de las donaciones, tanto en las operaciones kilo como a nivel de empresas y particulares». El año pasado, se movieron 2,5 millones de alimentos, «que si lo pones en camiones son unos cuantos que hay que descargar, almacenar y volver a cargar», bromeó Juan Luis Núñez.

La caravana solidaria hizo una primera parada en Mieres, por la mañana, y a continuación partió hacia La Felguera. Numerosas personas se acercaron en ambas ubicaciones hasta el autobús para colaborar en esta iniciativa. El felguerino Plácido Beltrán fue uno de ellos. Su hijo le avisó de que el Banco de Alimentos recogería aportaciones en el entorno de la casa de cultura de La Felguera. Por eso, se trasladó al supermercado en busca de productos no perecederos para entregarlos a continuación a uno de los voluntarios. «Tenemos que colaborar en lo que podamos con aquellos que lo necesitan», señaló.

Minutos después, Ramón González repetía la misma operación. «Es una buena iniciativa, hay que ayudar», indicó. Mientras varios voluntarios recogían los alimentos donados otros como Santiago de la Hoz repartía folletos a los viandantes y les explicaba cuál es la tarea que desarrolla el Banco de Alimentos. «Tenemos varios voluntarios de las Cuencas que trabajan con nosotros», señaló. La institución proyecta potenciar próximamente su presencia en las Cuencas, con la organización de actividades en los colegios.

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La iniciativa puesta en marcha por el Banco de Alimentos de Asturias de recorrer el Principado en un autobús se inició ayer en Mieres, donde cientos de escolares pasaron por el vehículo y dejaron allí kilos y kilos de comida. Cada estudiante aportó su pequeño granito de arena al Banco de Alimentos, cuyos voluntarios explicaron a los pequeños -en la fotografía- el funcionamiento de la organización, animándoles a colaborar en un futuro con ellos bien de forma activa como voluntarios o bien aportando comida.