Mieres del Camino,

C. M. BASTEIRO

La crisis sigue golpeando fuerte a los vecinos de Mieres. La Asociación Mierense de Cocina Solidaria (Amicos) está registrando un cambio en el perfil de usuarios y ya cuenta con varias familias con niños entre su clientela habitual. El comedor económico estaba dirigido, hasta ahora, a gente sola con pocos recursos que necesitaban una ayuda para alimentarse. Mientras que el perfil de usuarios cambia, el número de beneficiarios está aumentando. El comedor cerrará este año con una media de treinta y cinco comensales diarios.

El servicio atiende ya a tres familias que acuden asiduamente a por el menú completo que ofrece la asociación a un precio de euro por comensal. El presidente de Amicos, Carlos Muñiz, explicó ayer que la demanda sigue creciendo. «Viene mucha gente a preguntarnos si llevamos comida a casa, pero es un servicio que por el momento no podemos realizar», destacó el responsable de Amicos.

Amicos consigue la comida por distintas aportaciones y, actualmente, «estamos muy satisfechos con las ayudas que recibimos», señaló ayer Muñiz. El Banco de Alimentos, Fundación Alimerka, Eroski y los donativos de particulares mantienen activa la asociación, pese a los tiempos de crisis. También reciben apoyo económico de otras entidades, como Cajastur, y de los socios. En cuanto a la atención, cuentan con una cocinera y un grupo de voluntarios, entre los que se encuentra una trabajadora social.

«También estamos completos en número de voluntarios. Mieres es un concejo solidario», señaló ayer Muñiz. La asociación se queda un poco coja en número de socios, «pero seguiremos adelante para seguir ayudando en estos tiempos de crisis», añadió el responsable del colectivo.

La labor del comedor solidario de Mieres se ha hecho indispensable en época de crisis. Hasta ahora, el servicio solía registrar cerca de treinta comensales al día pero este año cerrará con una media de treinta y cinco usuarios. «Hemos tenido jornadas de servir cuarenta y dos menús, aunque es algo excepcional», destacaron ayer en el centro.

Los menús de Amicos son variados, con el fin de proporcionar a los beneficiarios todos los nutrientes necesarios. Las comidas se componen de primer y segundo plato, además de postre. Los usuarios también reciben una bolsa con un bocadillo, postre y bollería para la cena. Pero no pueden sacar del establecimiento la comida preparada.

Amicos puede llegar a donar bolsas de alimentos no perecederos, pero sólo en casos excepcionales. «Ésa no es nuestra labor, aunque intentamos ayudar en todo lo que podemos», destacó el presidente del colectivo. Las donaciones de comida y un servicio de «catering» son las peticiones más demandadas por parte de algunos usuarios «que no se sienten bien a la hora de venir al comedor, a pesar de que lo necesitan», explicaron ayer en Amicos.

La labor de los voluntarios de la entidad es desinteresada y, además de cocinar y servir la comida, también hay personas dedicadas a la recogida de alimentos y una trabajadora social que estudia las solicitudes de los beneficiarios. Además de ofrecer una alimentación sana, los miembros de Amicos derrochan compañerismo entre sí y regalan cariño a todos los que se acercan.