Langreo,

Miguel Á. GUTIÉRREZ

Iberdrola ya planifica el desmantelamiento del grupo de generación eléctrica número III de la central térmica de carbón de Lada - el más antiguo y contaminante de los dos que permanecen en servicio- sin haber agotado su vida útil. Responsables de la compañía vasca explicaron a este diario que las obras para desmontar Lada III, que todavía contaba con unas 16.000 horas de funcionamiento potencial, se iniciarán en breve, una vez que ya se ha obtenido el permiso de cierre por parte del Ministerio de Industria. Los trabajos se prolongarán por un período superior a los dos años. Este grupo, con una potencia instalada 155 megavatios, estuvo parado por completo el pasado ejercicio.

La clausura de Lada III, una instalación construida en 1967, estaba fijada para antes de 2016. Una de las razones de la imposición de esta fecha límite de funcionamiento se debe a la entrada en vigor de la nueva normativa sobre emisiones de óxidos nitrosos (NOx). El grupo III estaba prácticamente agotado en términos de producción, por lo que Iberdrola no realizó inversiones que pudiesen alargar su funcionamiento, adaptándose a la nueva legislación. Esas inversiones sí se han realizado en el caso de Lada IV y alcanzaron los 100 millones de euros.

La compañía vasca ha confirmado ahora que acometerá el desmantelamiento del grupo III sin agotar su vida útil ni los plazos de cierre comprometidos. Las instalaciones contaban a 1 de enero de 2008 con 20.000 horas de generación eléctrica disponibles. Ese parámetro había descendido hasta las 16.000 horas en marzo de 2010 y apenas se ha movido desde entonces, según indicaron responsables de Iberdrola, que también fijaron la hoja de ruta que llevará a la clausura del grupo III. «Ya tenemos el permiso de cierre del Ministerio de Industria. Se están realizando los estudios pertinentes para iniciar el proceso de desmantelamiento en breve y los trabajos durarán más de dos años», indicaron.

Una vez desarrollada esa obra, la centra térmica de Lada quedará configurada únicamente por el grupo IV, construido en 1981 y con 358 megavatios de potencia. En esta instalación Iberdrola ha realizado importantes inversiones para reducir las emisiones y adaptarse a la nueva normativa. Entre 2007 y 2009, el grupo empresarial vasco destinó a este grupo cerca de 100 millones para actuaciones de mejora. La mayor parte de ese desembolso, 60 millones, se dedicó a la construcción de una planta desulfuradora. Esta instalación permite eliminar el 98% del dióxido de azufre (SO2) emitido por este grupo de producción.

Los 40 millones restantes se destinaron a mejorar la eficiencia operativa de la central. De esta forma, se renovaron las torres de refrigeración, los motores de la turbina principal y de las auxiliares (lo que ayuda a reducir en un 7 por ciento las emisiones de dióxido de carbono, CO2) y se sustituyó el condensador de la central. Además, también se acometieron obras para mitigar el impacto sonoro de la central en la población.

El proyecto que maneja la compañía para construir una central de gas en Lada, con una potencia de 1.100 megavatios, está de momento paralizado. Iberdrola ya explicó el pasado mes de octubre que no acometerá la actuación «a corto o medio plazo», como consecuencia de la caída en la demanda eléctrica, motivada en gran medida por la crisis económica que vive el país. No obstante, precisó que «no renuncia de forma definitiva» al proyecto, que podría retomarse en un futuro según evolucionen las necesidades del mercado energético.