A ver si nos vamos a estar relajando. Después de tanto esfuerzo para ser campeones mundiales y ganarnos un merecido prestigio internacional, nos estamos quedando atrás. Resulta que se descubre una gran trama para amañar partidos de fútbol por toda Europa, y nosotros no estamos en el ajo. Inaudito. ¿Para qué han servido los casos «Filesa», «Campeón», «Gürtel», «Ideas», «Jaume Matas», «Marea», «Niemeyer», «Bárcenas»..., para perder el tren de la corrupción del fútbol, el que más importa a los ciudadanos? Confío en que podamos reengancharnos según vayan avanzando las investigaciones de la Europol y aparezca algún partido con chanchullo. Así podremos seguir festejando nuestros grandes éxitos de corrupción gastando 5.000 euros en confeti y contratando payasos por otros 15.000. No nos despistemos. Ni mucho menos nos equivoquemos, como están a punto de hacer un grupo de mineros del pozo María Luisa de Hunosa que anuncian una huelga indefinida por su cuenta. Hay que aprender del pasado. Es cuestión de prestigio.