Mieres / Langreo, L. M. D.

Unas 200.000 toneladas de carbón producidas en España y pertenecientes al Almacén Estratégico Temporal de Carbón han desaparecido. Se trata, aproximadamente, de una cantidad de mineral similar a la que extraen en algo más de una semana todas las minas del país. Este carbón, que debía ser gestionado por la empresa pública Hunosa, se encontraba almacenado en terrenos propiedad del empresario minero leonés Victorino Alonso. La pérdida de este carbón, cuyo paradero se desconoce, podría estar relacionada con el retraso en el pago de las ayudas a la producción de carbón (111 millones de euros) a las empresas privadas correspondientes al año 2012. Con un precio del mineral que ronda los 90 euros por tonelada, este carbón tendría un valor de unos 18 millones de euros.

El Almacén Estratégico Temporal del Carbón (AETC) fue una medida provisional aprobada en agosto de 2009 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, a través de la cual la empresa minera pública Hunosa tenía, primero, que comprar la producción de carbón de las compañías privadas, almacenarlo y posteriormente ponerlo en el mercado y venderlo. Este encargo se realizó a causa del brutal descenso de la demanda de mineral nacional por parte de las empresas eléctricas, y en previsión de que el Ejecutivo elaborase el real decreto que incentiva el consumo de carbón autóctono en las centrales térmicas, un mecanismo aprobado en 2010 y con vigencia hasta finales de 2014.

Uno de los problemas de este almacenamiento temporal de carbón era que Hunosa carecía de instalaciones suficientes como para poder acumular estos miles y miles de toneladas. Esto hizo que el mineral se acumulase en las dependencias de compañías privadas, pertenecientes, según las fuentes consultadas, al empresario Victorino Alonso, presidente hasta hace unos meses de la patronal de la minería, Carbunión, y principal propietario de minas privadas del país. Cuando el real decreto entró en vigor, Hunosa dejó de comprar el carbón, pero siguió siendo la responsable de gestionar y controlar el almacenamiento del mineral de todas las compañías de España.

Las aproximadamente 200.000 toneladas de carbón que ahora no aparecen sí que llegaron a entrar en el lugar donde se almacenaron. Desde el Grupo Alonso se explicó que toda esta situación parte de «un problema con la interpretación de un contrato» de almacenamiento de mineral que data de septiembre del año 2009, un mes después de que entrara en vigor el Almacén Estratégico Temporal de Carbón. El peso del mineral almacenado se determina en función de su volumen. En las pilas de carbón, en los contratos, se establece una «merma técnica». Es decir, la cantidad en la que se reduce el volumen de mineral por su almacenamiento al aire libre (a causa del viento, la lluvia...). Según el Grupo Alonso, en este caso, la merma «real» de carbón ha sido muy superior a la «teórica», y de ahí la reducción de 200.000 toneladas de carbón.

Según la compañía, además, no puede vincularse este hecho al impago de las ayudas a la producción de carbón de las empresas privadas en el año 2012. «No es lógico pensar que por un problema con una empresa no se les pague al resto», se indicó desde el Grupo Alonso.

Otras fuentes indican que este problema con el almacenamiento de carbón es mucho más reciente, y que aparece el pasado verano, coincidiendo con la huelga en el sector carbonero que prácticamente paralizó las minas de todo el país durante dos meses. Según indican, fue en este periodo cuando se produjo la desaparición de las 200.000 toneladas de carbón, un mineral que es propiedad de todas las empresas que depositan el carbón en el almacén estratégico.

En su día, tanto la propia Hunosa como las centrales sindicales pusieron reparos al mecanismo articulado por el Gobierno para gestionar el almacenamiento del carbón nacional. Esta nueva polémica en la minería se une a la guerra política surgida entre el Gobierno y el resto de grupos por su forma de administrar el futuro del sector.

Cinco mineros se encierran en un pozo de Mequinenza (Aragón)

Los trabajadores de la empresa Carbonífera del Ebro siguen con las protestas contra el cierre de una mina de Mequinenza que se producirá al sacar el Gobierno a la empresa del real decreto de carbón. Cinco trabajadores se han encerrado en la mina zaragozana -como muestra la foto-, mientras que medio centenar de sus compañeros se encadenaron a una hidroeléctrica que tiene Endesa en la localidad aragonesa, aunque ya han sido desalojados.