Langreo / Mieres, L. M. D.

La presidenta del Partido Popular (PP) de Asturias, Mercedes Fernández, presentó la semana pasada a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) un plan de futuro para la empresa pública Hulleras del Norte llamado «Hunosa Verde», un programa que pasa por compensar la caída en la extracción de carbón con el aprovechamiento de las nuevas energías para generar empleo.

A lo largo de los últimos años, Hunosa ha ido diversificando su actividad, de forma que se ha convertido en una compañía pionera en España en el estudio de energías como la geotérmica (aprovechamiento del calor subterráneo para la climatización) o el uso del grisú de las minas o el biogás de los vertederos para generar electricidad. Hunosa, además, es la única compañía del sector minero que está obligada a realizar inversiones en la reforestación y recuperación ambiental de espacios degradados por su actividad, como las antiguas minas a cielo abierto. Estos condicionantes han hecho de la compañía se una de las que más experiencia tienen en estas actividades en el país. En su plan de futuro, Hunosa aboga por apostar por estas potencialidades para mantener su actividad y el mayor número de empleos posibles.

l Planes forestales. Pese a todos los recortes enconómicos que se está viendo obligada a ejecutar Hunosa, para este año 2013 tiene previsto invertir 2,5 millones en la reforestación de las antiguas minas a cielo abierto de las Cuencas. En total, si se incluyen las anualidades 2013 y 2014, la inversión ascenderá a los 5,15 millones, con los cuales se completaría la plantación de 1,2 millones de árboles en las 3.000 hectáreas de las viejas minas de La Braña del Río, La Matona, Mozquita, L'Abeduriu, San Víctor, El Cantill y Coto Bello, situadas en los municipios de Langreo, Mieres, Aller y San Martín del Rey Aurelio.

En estas reforestaciones se están utilizando especies como el abedul, serbal, pino pináster, tilo, aliso, acebo, plátano y laurel. Las plantaciones tienen un triple objetivo. Por un lado, recuperar ambientalmente las zonas degradadas. Un segundo punto es lograr que estas plantaciones sean un sumidero de CO2 en una zona con importantes emisiones (debidas, entre otras causas, por las térmicas de carbón). Y el tercer objetivo es que esta masa forestal forme parte, a largo plazo, del proyecto energético para aprovechar la biomasa que quiere emprender Hunosa.

l Biomasa. Uno de los negocios que pretende impulsar Hunosa gracias a la riqueza forestal que posee en buena parte de sus denominados «activos ociosos» (instalaciones de antiguas minas, escombreras, antiguas cortas?) es el de la biomasa. La compañía planea la creación de una planta generadora de energía que se alimentaría con los «pellets» obtenidos de los bosques de su propiedad. Hunosa llegó incluso a plantear al Principado la posibilidad de que esta central, que de llevarse a cabo se instalaría en las Cuencas, aprovechase también los residuos forestales de los montes de utilidad pública de la región.

Hunosa ya tiene experiencia en la generación de energía con biomasa. En su central térmica de La Pereda (Mieres), a través del programa «Pellet-In», se ha llegado a mantener la producción de energía durante 24 horas mezclando un 80% de carbón y el 20% de biomasa. Además, está previsto que se pruebe con una mezcla que alcance el 30% de «pellets».

l Captura de CO2. También en la central térmica de La Pereda, Hunosa lleva desarrollando ya desde hace varios meses sus pruebas de captura de dióxido de carbono. En diciembre, estas pruebas en la planta piloto habían permitido, tal y como explicó la presidenta de Hunosa, María Teresa Mallada, que la central operase «700 horas de forma estable, alcanzando las 150 horas de operación con captura de CO2». Mientras funciona, alcanza una eficiencia en la captura del gas del 90 por ciento.

Esta planta piloto, de una potencia de 1,7 Megavatios, podría convertirse en una de mayor potencia si todas las pruebas son satisfactorias y, sobre todo, si se cuenta con la financiación necesaria. La captura y almacenamiento de CO2 es una tecnología necesaria para el futuro de la combustión del carbón, ya que eliminaría buena parte de las emisiones contaminantes de las térmicas.

l Gas grisú y biogás. En las últimas semanas, el Grupo Hunosa se ha embarcado en una serie de proyectos encaminados a explorar nuevos territorios para la empresa. Uno de ellos es el aprovechamiento del biogás que se produce en los vertederos. Junto a Cogersa e Instalaciones Eléctricas Cabo Peñas estudia, en el basurero de residuos no peligrosos de Cogersa, cómo se produce el gas que emana de la descomposición de basuras, y que puede ser aprovechado para la generación de electricidad.

Junto a este proyecto, Hunosa ensayará en el pozo María Luisa de Ciaño (Langreo) el aprovechamiento del metano que se libera a la atmósfera desde la mina para generar energía. El proyecto estará financiado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. La iniciativa, además, ayudará a reducir las emisiones de metano (el gas conocido en la mina como grisú) y rebajar así drásticamente el efecto invernadero que producen los gases que emanan al exterior desde los pozos mineros.

l Energía geotérmica. Del centro de la tierra Hunosa también pretende aprovechar el calor para producir la energía necesaria para la climatización de edificios en diversas zonas del centro de Asturias. La compañía ya ha aplicado la energía geotérmica al centro de investigación del campus de Mieres (ya está en funcionamiento) y al nuevo hospital Álvarez Buylla de Mieres. María Teresa Mallada ya ha anunciado que solicitará las concesiones para el uso de la energía geotérmica en la zona central de la región después el éxito de esta iniciativa en la comarca del Caudal.

En un estudio sobre esta energía realizado por Hunosa, se indica que anualmente, de los pozos mineros (de los que están en funcionamiento y de los cerrados) se bombean 36,8 hectómetros cúbicos de agua, tanto líquido como capacidad tienen los pantanos de Tanes y Rioseco. Aprovechando este agua, que sale a una temperatura de entre 20 y 25 grados (gracias a una bomba de calor se puede elevar a 45 grados con un consumo de energía muy pequeño), se podría proporcionar energía geotérmica a 21.900 viviendas, unos 87.600 habitantes (más de la mitad de la población de las Cuencas). La capacidad de embalsamiento de agua de los pozos de Hunosa, además, es de 87,12 hectómetros cúbicos. El suelo de las Cuencas es como un queso Gruyére, con muchos pozos mineros que distan varios kilómetros pero que están unidos por numerosos túneles subterráneos que suman «varios miles de kilómetros» de galerías.