El bien más preciado de las máquinas que Diasa Pharma adquirió a la firma Quality Tecnicals Ibérica (QTI) era una pegatina con el logo de esta última empresa, que portaban todas y cada una de ellas. Un adhesivo que, en uno de los casos, llegó a costar más de 200.000 euros, ya que era la única diferencia que había entre los equipos usados adquiridos por la firma intermediaria y su posterior venta como nuevos a la farmacéutica. La sentencia del juzgado de lo Mercantil número 2 de Oviedo, donde se hace referencia a la relación comercial de ambas compañías, señala que QTI «se utilizó ex profeso para la adquisición de las máquinas por la concursada -Diasa Pharma-, remarcándolas con su logo y vendiéndoselas a la concursada como nuevas con unos márgenes sobre el precio de adquisición del 81, 263, 316 e, incluso, del 1.221 por ciento». Este periódico trató de contactar ayer con Quality Tecnicals Ibérica sin lograr respuesta.

La misma operación se llevó a cabo con una docena de máquinas «con un sobreprecio que se estima en 843.241 euros», según el fallo del juez. Esta cantidad fue exigida por el tribunal al que fuese presidente de Diasa, Manuel Adenso, en concepto de daños y perjuicios.

Las compras hinchadas no fueron las únicas irregularidades detectadas. También se alude a la «contratación injustificada de personal», que el documento relaciona con la subvenciones recibidas. El escrito resalta la contratación de 16 comerciales cuya actividad no fue acreditada; así como otros tantos trabajadores «que nunca prestaron servicio para la concursada», pero sí a IFE, una compañía participada al 100% por Diasa. Estos empleados dejaron de trabajar en IFE en diciembre de 2005 y fueron contratados por Diasa en abril del año siguiente. La sentencia también alude a otras 26 contrataciones de diversos oficios con el objetivo de preparar la planta para su inauguración. La firma ya había desembolsado 377.026 euros para este cometido en años anteriores.