La dificultad para encontrar trabajo en la región afecta a los más preparados. Claro ejemplo de ello es la langreana Adriana Sánchez, estudiante de la extinta titulación de Ingeniería Geológica en el campus de Mieres y galardonada con el premio extraordinario de Licenciatura y el galardón fin de carrera en sus últimas ediciones. Esta joven ha tenido que marcharse a Chile para encontrar trabajo. Actualmente reside en Santiago, la capital del país, y trabaja como hidrogeóloga, realizando cartografía regional y supervisión de sondeos, principalmente para la minería. «Es un trabajo que me encanta y no está mal pagado», asegura la langreana, que no obstante reconoce que lo «cambiaría por un puestín medio decente en mi tierra».

Adriana lleva casi un año en Chile y asegura sentirse «afortunada» porque viajó hasta allí con el contrato ya formalizado. «Había echado algún currículum desde España y mi actual empresa se puso en contacto conmigo antes de partir», señaló. Justo el día que presentó su proyecto fin de carrera -trabajo galardonado por la Universidad de Oviedo-, la firma chilena le realizó una entrevista por «Skype» y a la semana estaba contratada. Una vez allí, esta joven ha descubierto que «hay otros países alrededor de Chile, como Colombia, Brasil y Perú que tienen abundante oferta laboral». Sobre Perú, Adriana señala que «tengo varios colegas que se han ido para allí desde Chile, una vez que cruzas el charco, las grandes distancias en Sudamérica se vuelven relativas». Estos países, tal y como destaca, «tienen un buen crecimiento económico y necesitan de profesionales, porque la educación universitaria es cara y faltan titulados para los trabajos relacionados con la minería y la obra civil»

A pesar de las buenas perspectivas, esta ingeniera langreana es franca al afirmar que encontrar trabajo no es una tarea tan fácil. «Hace uno o dos años, los profesionales que llegaban a Chile no tardaban más de dos semanas en acceder a un puesto de trabajo, pero ya no es tan sencillo, supongo porque cada vez hay más profesionales que, al igual que hice yo, vienen aquí para tener la oportunidad que les niegan en España».

Adriana Sánchez inició sus estudios en el colegio Santo Tomás de Aquino de La Felguera, donde también realizó la Secundaria. Ya en la Universidad, comenzó los estudios de Ingeniería Informática, aunque los abandonó y se metió en Ciencias Geológicas. Antes de acabar esta carrera, empezó como becaria en una empresa de ingeniería asturiana trabajando en geotecnia, donde consiguió más tarde un contrato de prácticas de dos años. Mientras tanto, y con la licenciatura de Geológicas ya terminada, Adriana decidió matricularse en Ingeniería Geológica en Mieres «con la idea de completar los conocimientos de geología desde un punto de vista técnico». Esta langreana compaginaba los estudios con el trabajo «como la mayor parte de mis compañeros».

El trabajo se le acabó antes de que terminase la ingeniería, lo que le permitió centrarse en los estudios. Al poco tiempo, el profesor Paulino Fernández, de la Unidad de Modelización Hidrogeofísica y Ensayos No destructivos, le ofreció colaborar con su grupo. Allí, Adriana empezó a trabajar en hidrogeofísica, lo que le ayudó para preparar su proyecto fin de carrera. Sin embargo, y a pesar de contar con dos carreras, multitud de cursos de formación complementaria, varios años de experiencia laboral y buen nivel de inglés, esta joven se dio cuenta de que no iba a tener opciones de trabajo en España. Fue entonces cuando Chile le abrió sus puertas y allí sigue.