Los propietarios de fincas forestales en los concejos de la Montaña Central suman ya alrededor de 1.000 hectáreas de terrenos que estarán a disposición de Hunosa como materia prima para la central eléctrica de biomasa que proyecta construir en el polígono industrial de Reicastro, en Mieres. El presidente de la asociación «El Maeral», Tino Alonso, que integra a casi un centenar de propietarios en Mieres, Lena, Aller, Riosa, Morcín y Ribera de Arriba, se mostró satisfecho por los avances que está llevando a cabo la hullera respecto a su proyecto energético y con el que pretenden colaborar desde el primer día. De momento, los propietarios han mantenido en las últimas semanas una serie de reuniones con la directiva de Hunosa para ver de qué manera podría establecerse esa colaboración. La hullera estatal, que también es propietaria de un buen número de fincas forestales en las Cuencas, forma parte del colectivo. Con esta integración, el objetivo es que Hunosa sume sus terrenos a los de los propietarios y que estos puedan obtener una contraprestación por la cesión de masa forestal que se convertirá en biomasa. Los servicios jurídicos de la empresa minera están valorando las diferentes posibilidades que tienen para facilitar esta integración. Así lo explicó Tino Alonso, quien no descartó la opción de crear una cooperativa. Además, los intereses de estos propietarios no se centran únicamente en la central eléctrica de biomasa, sino que también pretenden desarrollar una fábrica de pellets destinados a calderas de particulares.

Además del acuerdo con los propietarios, Hunosa también había solicitado la colaboración del Principado de Asturias para su proyecto de biomasa. Así, su intención era poder servirse de montes de utilidad pública como materia prima. La propuesta fue lanzada por la propia presidenta de la hullera, María Teresa Mallada, durante la entrevista que mantuvo hace unos meses con el presidente del Principado, Javier Fernández, y tras la que anunció el proyecto. Entonces poco más se conocía de su contenido, ya que la máxima responsable de Hunosa sólo confirmó que sería una central eléctrica con biomasa y que estaría ubicada en las Cuencas. Tras el anuncio, la mayoría de los concejos de las comarcas mineras se ofrecieron a acoger la planta, teniendo en cuenta la alta disponibilidad de suelo industrial en su territorio. Sin embargo, y a sabiendas de que Hunosa contaba con su propio parque empresarial -el de Reicastro, en Mieres- pocas opciones tenían el resto. Este polígono, cuyas obras de urbanización concluyó el año pasado, lleva desde entonces parada ante las dificultades para obtener empresas interesadas en instalarse en su suelo.

Hace unos días, la hullera confirmó que instalaría su central en Reicastro, con la petición del correspondiente permiso al Principado. Hunosa también solicitó a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico un aprovechamiento de aguas del río Caudal «con destino a una planta de generación eléctrica a partir de biomasa forestal», tal y como consta en el documento oficial. En concreto, ha solicitado un caudal de 14 litros por segundo para abastecer a la central. También prevé la construcción de un pozo de 15 metros de profundidad y 2,5 de diámetro con solera de hormigón y dispositivo de bombeo. De este modo, la hullera cumple dos objetivos en uno. Por un lado, avanza en su proyecto de la central eléctrica de biomasa, que supondrá la generación de un buen número de puestos de trabajo, tanto directos como indirectos; y consigue darle salida a su propio polígono industrial, un parque de 120.710 metros cuadrados, de los cuales 77.347 son útiles para el asentamiento de actividad industrial. Además, cabe reseñar que la urbanización de esta área empresarial, construido sobre una antigua escombrera de carbón, supuso una inversión de más de 2,6 millones de euros. El interés de la hullera estatal por la biomasa no viene de muy lejos. Hunosa ya había desarrollado en el pasado proyectos de investigación relacionados en colaboración con diversas entidades como el Instituto del Carbón, la Fundación Asturiana de la Energía (FAEN) o la Universidad de Oviedo. De todos ellos, hubo uno «Pellet In», actualmente en vigor, que fue exitoso incluso antes de terminarse.

La iniciativa, encabezada pretendía el desarrollo de un pellet que pudiera emplearse en calderas industriales. Las diferentes mezclas fueron probadas en la térmica de La Pereda, donde se combinaban con carbón. En las últimas pruebas se logró sustituir el 30% del combustible tradicional por pellet, manteniendo el rendimiento de la central y reduciendo las emisiones a la atmósfera. El éxito de este último programa ha llevado a que la hullera se plantee de forma más seria introducir biomasa en la térmica de La Pereda, al menos hasta que se desarrolle la nueva central eléctrica de biomasa. Al menos esa fue una de las cuestiones que se valoró durante las reuniones que mantuvieron los propietarios de fincas forestales con la dirección de Hunosa.

La central eléctrica de biomasa de Hunosa supondrá una nueva apuesta por el desarrollo de actividades generadoras de empleo y riqueza en las Cuencas, un paso más en la diversificación de la firma estatal que también está volcada con otros proyectos como la captura de CO2, la geotermia, el aprovechamiento de metano o la energía eólica. En este caso, la creación de empleo iría enfocada, en principio, no sólo al desarrollo de la central, sino debido a las labores de recolección de biomasa forestal.