Efectivamente, la naturaleza de Redes y su simbolismo humano (patrimonio etnográfico, arqueológico), deben ir unidos. Otra cosa muy distinta es que se esté comunicando. Ya dijo Newman en 1957, que «la imagen de marca es todo aquello que la gente asocia con la marca». Y qué verdad es.

La cuestión es que Asturias, con su marca «Paraíso natural», posicionada desde hace muchos años, es eso, una marca, tal y como se la conoce fuera. Precisamente ahora, cuando Asturias está en el debate permanente sobre la crisis de la matanza del lobo (algunos lo consideramos una oportunidad socioeconómica por muchas razones) algunos de ellos dentro de espacios naturales. Cuando Asturias está en el debate virtual permanente sobre si se hacen bien las cosas o no, con respecto a su «Paraíso natural», la percepción puede cambiar. Esta percepción que mientras es negativa por los empresarios del Nalón e incluso a nivel regional -tal y como se lee en prensa por los empresarios turísticos-, desde fuera esa promoción sí es correcta y suficiente. Por lo tanto, la cuestión es, ¿quizás ese marketing es incorrecto o trasnochado?, o, ¿es que quizás el mercado turístico percibe a Asturias de otra manera?

Efectivamente, la naturaleza de Redes y su simbolismo humano (patrimonio etnográfico, arqueológico), deben ir unidos. Otra cosa muy distinta es que se esté comunicando. Muchos autores y otros expertos en marketing turístico (Calaf, 2009-Cang seen Ooi, 2002) nos dicen que es precisamente la autenticidad el principal elemento de los productos; aquello como el lobo, que precisamente no lo podrán encontrar en ningún otro lugar, excepto en el geodestino del lobo ibérico. Y es que los turistas que van a un parque, no solo viven el destino con museos y centros de interpretación; hay que crear experiencias y llenarlas de contenido. Que sean excitantes y que ese patrimonio tenga lo que se denomina en planificación y evaluación turística «intensidad de uso».

Dicho esto, a modo de introducción, me resulta a tiempo y fecha, cuanto menos destacado que así los días, sigamos con la eterna lucha de la diferente percepción entre lo privado y lo público. Los primeros, insistiendo en que la solución pasa exclusivamente por más promoción y más y más, sin saber si es la correcta o no y sin saber si desde sus negocios deben cambiar la forma de comunicar y llegar a sus potenciales clientes; los segundos, insistiendo en que sean los empresarios los encargados de soportar inversiones públicas mal creadas, añadiendo además, que la única solución pasa por gestionar esos equipamientos (temporalmente, no lo olvidemos), a base de gasto público y deficitario; es decir, con planes de empleo.

Un ayuntamiento como el de Caso posiblemente no pueda hacer frente a la gestión de infraestructuras que desde la misma administración se promovieron, pero tampoco debería esperar el gasto público para poder gestionarlos temporalmente sin evaluar los daños que eso conlleva a la imagen y experiencia turística del destino de Redes. Por otro lado, la propia Administración regional, que sabiendo la caída preocupante de visitantes hasta de un 44% en tan solo 1 año en Redes no toma medidas, es un despropósito, pues sabe, o peor aún, debería saber, que esos visitantes son contabilizados por 2 ó 3 veces cada vez que pasan por un centro de interpretación o museo y no se discriminan encuestas repetidas y que los excursionistas no aportan sostenible e integral gasto turístico en destino, pues no pernoctan.

En definitiva, el daño intangible a la marca «Asturias paraíso natural» pudiera ser ya una realidad, debilitada y con cada vez menos notoriedad por la crisis del lobo. Las redes sociales e internet, de donde provienen la gran mayoría de viajeros y potenciales ecoturistas, están al tanto de dicha crisis pues ha tenido, tienen y seguirá teniendo un gran impacto hasta que no se resuelva. Si no hay un estudio en profundidad que rechace esta hipótesis, se pudiera decir perfectamente que quizás parte de ese 44% provenga de aquí.

Las soluciones pasan por poner en manos de empresarios, territorio y la propia administración herramientas tipo cluster, que ya están operando en todo el mundo y con grandes resultados. No hacerlo, es un atraso que, seguirá pasando factura en la llegada anual de visitantes y la recesión de un turismo rural que necesita urgentemente reingeniarse.