Noventa y cuatro años llenos de vitalidad y profunda humanidad. Una clara y concisa frase para definir a Ángeles Flores Peón, conocida como «Maricuela», protagonista y testigo de algunos de los momentos más trascendentes de la historia reciente de España. La histórica militante socialista ha escrito un nuevo libro con testimonios sobre la Revolución de 1934 que fue presentado en la Casa de Cultura de El Entrego, en un acto organizado por la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. En el acto participaron Gema Suárez, María Luisa Carcedo y Aida Corte.

La concejala de Cultura, Gema Suárez, felicitó a la escritora por su gran calidad humana y su trayectoria llena de vivencias, «una experiencia vital en el contexto de nuestra agitada vida reciente que se ve excelentemente reflejada en el libro». Aida Corte, presidenta de la Asociación de Mujeres «Fontana», definió a Ángeles como un ejemplo de coherencia y dignidad. Señaló que «es una mujer que escribe sin rencor, aunque era lícito que lo hiciera», e indicó que en el momento en el que estamos perdiendo peso de lo que somos «nos devuelve el orgullo de ser de esta cuenca».

La diputada socialista María Luisa Carcedo comentó que leer los libros de Ángeles «es repasar un pasaje emocionante y triste», porque la escritora lo hace desde su propia visión personal, escribiendo de manera epistolar. Para Carcedo, el relato está plagado de «humanismo, comprensión, ayuda a los demás, confianza e incluso perdón». También añadió que «Maricuela» representa la pulsión colectiva de la juventud de la época por cambiar la sociedad y defender la libertad, que se convirtió en algo «especialmente triste porque supuso una frustración colectiva, al no conseguir un futuro de igualdad».

En el comienzo de su intervención, Ángeles confesó sentirse emocionada ante «gente que me mira con buenos ojos», algo muy distinto de lo que vivió en 1948, cuando tuvo que marchar al exilio desde El Entrego. Y es que, a pesar de detenciones, encarcelamientos y obligado exilio en Francia, insiste en que fue afortunada en todo. «No me miréis con tristeza, porque soy una privilegiada», fueron las palabras que lanzó al numeroso público que llenaba la sala, a quienes confesó que el libro «es una historia de amor a la libertad y el compromiso político». Entre sus recuerdos están todos los males sufridos durante la represión franquista, que no puede perdonar, pero sin odiar, porque «el odio no sirve para nada». Por eso no busca venganza, ni quiere que algunos hijos sepan que sus padres fueron criminales. Terminó su breve y emotiva intervención reivindicando «la necesidad de ser demócrata y respetar a quienes tengan ideas distintas de las mías».