Los almacenes de carbón de las centrales térmicas, de las empresas mineras y el estratégico que gestiona Hunosa acumulan cerca de 13 millones de toneladas de mineral, casi en el doble de la producción anual de las minas españolas. La gestión de este stock de carbón es una «gran preocupación» para el Ministerio de Industria, que ha planteado a sindicatos y empresas mineras la necesidad de buscar una solución dentro de la negociación del nuevo plan de la minería 2013-2018.

Parte del stock de mineral que se había generado a finales de la pasada década y que llevó al Gobierno de Zapatero a la creación en 2010 del Almacén Estratégico Temporal de Carbón (AETC), que gestiona Hunosa, aún no se ha quemado y ello a pesar de la huelga de dos meses del pasado año en la minería española y que buena parte de las explotaciones privadas están prácticamente paradas desde hace meses por los recortes, retrasos e impagos de las ayudas a la extracción de carbón.

Esa situación se debe a que las compañías eléctricas apenas han adquirido carbón este año. En primer lugar porque las energías renovables han cubierto parte del hueco del carbón al registrarse abundantes precipitaciones, lo que ha permitido incrementar la producción hidroeléctrica, y unas condiciones idóneas para los aerogeneradores en las primeros meses del año. En segundo lugar, porque Industria tardó en aplicar este año el real decreto de restricciones por garantía de suministro que fija en varias térmicas del país las cantidades de mineral nacional a consumir. Y en tercer lugar por la instauración por parte del Gobierno del impuesto del 7% a la generación eléctrica y del céntimo verde. «Han aumentado de manera espectacular los costes de generación con carbón nacional», señaló recientemente el presidente de la patronal eléctrica Unesa, Eduardo Montes.

En ese contexto, la producción eléctrica con carbón autóctono fue mínima en los primeros meses del año. En lo que va de 2013, el carbón (tanto el nacional como el importado) tan sólo ha cubierto el 9,3% de la generación eléctrica en el país según los datos de Red Eléctrica de España. Ese porcentaje contrasta con el del año pasado, cuando el carbón aportó el 20% y ello a pesar de la huelga en la minería. No obstante, el pasado mes de mayo la situación se ha corregido en parte al descender la producción eólica, hidráulica y nuclear y con ello aumentar la de carbón en un 114% con respecto al mes anterior. Debido a esa circunstancia el precio medio del mercado mayorista de la electricidad, o «pool», se situó en 43,5 euros por megavatio hora (MWh) en mayo, lo que supone un incremento del 139% con respecto al mes anterior según la Comisión Nacional de la Energía. La fuerte subida de precios en mayo supone una normalización con respecto a la situación de abril, cuando el precio del «pool» cayó hasta 18,17 euros por MWh, el nivel más bajo desde 2001. No obstante, la subida de precios en mayo no tiene efectos sobre el recibo de la luz, ya que el suministro a tarifa es el resultado de una subasta en la que se marcan los precios de forma trimestral, al margen del comportamiento posterior del «pool» en ese periodo.

Mayo ha sido una excepción para el carbón, pero en el global del año el consumo ha sido mínimo. Esa situación ha provocado que las compañías eléctricas apenas hayan adquirido mineral y, sobre todo, que no se consuma el stock de carbón que se almacena en los depósitos. El Ministerio de Industria cifra ese stock en casi 13 millones de toneladas, muy por encima de las 8.052.270 toneladas brutas que se extrajeron en España a lo largo de 2012 según las estadísticas de Industria.

El secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, ha transmitido a las empresas y sindicatos la «gran preocupación» del Ministerio por ese stock y les ha propuesto buscar una solución en el plan de la minería 2013-2018. Empresas y sindicatos reclaman la continuidad de las ayudas para extraer carbón pero en los almacenes hay mineral equivalente a la producción de casi los dos últimos años. Además hay que tener en cuenta que el real decreto de restricciones por garantía de suministro, que garantiza el consumo de mineral nacional, fija unos porcentajes de carbón que tienen que ser quemados procedentes del Almacén Estratégico Temporal de Carbón para reducirlo, pero la vigencia del real decreto finaliza este año y el Gobierno ya dejó claro que no lo va a prorrogar.

Ante esa situación, FITAG-UGT ya ha reclamado al Gobierno la necesidad de acordar «un mecanismo equivalente y sustitutorio del actual real decreto de restricciones por garantía de suministro en el momento que éste finalice su vigencia y con una duración mínima hasta el 31 de diciembre de 2018, garantizando con ello la compra y suministro a las centrales térmicas más allá de 2014 y como mínimo hasta la finalización del acuerdo». Además el sindicato añade que «se deberían contemplar ayudas a los stocks» de mineral. Por su parte, la Federación de Industria de CC OO instó al Ministerio a encontrar mecanismos para generar un «hueco térmico» donde quemar el stock causado «por el sistemático incumplimiento de los reales decretos y para garantizar la quema de la producción corriente».