Hispania fue para los romanos el equivalente a Vietnam para los Estados Unidos dos mil años después. Al menos así lo considera el Teniente Coronel del Ejército de Tierra Francisco Jiménez Moyano, que analizó ayer en Carabanzo, dentro del ciclo de charlas sobre La Carisa, los restos de armamento que se han recuperado en el enclave, concretamente en el entorno de Curriel.los. Entre otros detalles, el experto aseguró que la Carisa fue escenario de algunos enfrentamientos en los que las legiones romanas contaban con el apoyo de otros pueblos que ya habían conquistado.

La experiencia de Francisco Jiménez Moyano en la Carisa se remonta al año 2004, cuando participó en las primeras excavaciones que se realizaron en el enclave. El responsable de esta primera investigación, el arqueólogo Jorge Camino, fue el encargado de presentar la charla, en la que también participaron Benjamín Valle, presidente de la Asociación Jóvenes de Carabanzo, y Juan Vázquez, portavoz de esta entidad que organiza este ciclo de conferencias como preámbulo del Festival Astur Romano que se celebrará a partir del día 15.

La conferencia de Teniente Coronel Moyano comenzó con una introducción sobre el contexto histórico que envolvió a las guerras astur-cántabras. Según Moyano, Augusto decidió controlar todo el cuadrante noroccidental español para asegurar la logística de cara a la campaña sobre la Gran Germania. «Quería ocupar una serie de puertos en el Cantábrico que le permitieran el abastecimiento de las legiones que pensaba desplazar al Rhin (Alemania) y más allá», dijo.

Se sabe poco de la guerra astur-cántabra, por falta de documentación, pero Moyano aseguró que fue la ocasión perfecta para que Roma demostrara su organización, visión estratégica y poder. «Muy probablemente actuaron ocho o nueve legiones más un numero indeterminado, pero numeroso, de fuerzas auxiliares», señaló. En la Carisa, a razón de los hallazgos de armamento, se sabe a ciencia cierta que los legionarios no estaban solos: «Al menos tuvo que combatir una cohorte auxiliar de honderos», destacó Moyano.

Las hondas no eran propias del ejército romano y abundaban en el entorno de Curriel.los. La excavación también sacó a la luz otras piezas que si eran propias de las legiones: como pilum o catapultarium, una especia de catapulta que disparaba lanzas. «La Carisa fue, con total seguridad, un punto de ajetreo bélico. La forma de construcción de Curriel.los demuestra, además, que creció de forma apurada para defenderse ante una crisis», explicó el Teniente Coronel.

Los astures pusieron cierta resistencia pero, finalmente, resultaron vencidos en el año 25 antes de Cristo. No fue una conquista fácil y los romanos tuvieron la ayuda de una tribu que traicionó a los astures y contó sus planes a los romanos. Terminó así un episodio de un gran enfrentamiento. Según el experto, «Hispania fue un Vietnam centenario para la juventud romana. Augusto no estaba por la labor de hacer una guerra interminable. Resuelto a ganar, desplegó a 50.000 o 60.000 legionarios y miles de auxiliares».

La romanización de los astures, según la teoría de Moyano, fue rápida. Los guerreros pasaron a formar parte del largo listado de auxiliares y ayudaron en buena medida a las legiones: «Ellos eran un pueblo guerrero. Los astures pusieron el espíritu y los romanos les dieron organización».