Langreo / Mieres,

Pablo CASTAÑO

Cinco emblemáticos alojamientos turísticos de las Cuencas, que fueron construidos con millones de euros de fondos públicos para atraer visitantes a los valles mineros, han pasado los principales meses del verano en blanco. El hotel de montaña de Brañagallones, el parador de Pajares, el hotel del Angliru, el Caserón de La Piñera y el albergue de El Florán están cerrados en vacaciones.

El parador de Brañagallones, situado en una vega de alta montaña de Caso, estaba llamado a ser en el emblema turístico del parque natural de Redes, pero de momento lo que se ha convertido es en el emblema del derroche. El Principado rehabilitó el edificio, un antiguo refugio de cazadores, varias veces y la última de ellas con más de 1,1 millones de euros. En 2006 el establecimiento abrió tras conseguir la empresa Lujasa la concesión, pero desde 2009 permanece cerrado al considerar la firma que el Principado no acomete las obras necesarias de mantenimiento.

El hotel de alta montaña del parque de Redes se conoce con el nombre de parador de Brañagallones, pero nunca perteneció a la marca Paradores. El que si estuvo en ese club selecto de alojamientos era el parador de Pajares, en Lena, que también permanece cerrado. En 2010, el Ministerio de Economía sacó a subasta el inmueble, que fue adquirido por la empresa Inversiones Inmobiliarias Valmurián por 510.000 euros. La compañía anunció un proyecto para reabrir el parador como hotel-spa, pero un año después colgó en la fachada el cartel de «Se vende». De momento no hay comprador.

Tampoco hay empresarios para gestionar el hotel del Angliru, en Riosa. El Ayuntamiento invirtió casi un millón de euros en la construcción del alojamiento, situado junto a las rampas de la mítica cima ciclista. La primera piedra se colocó hace más de seis años y no ha sido hasta este verano cuando se ha licitado la gestión del hotel. El concurso ha quedado desierto y el Ayuntamiento ha abierto un procedimiento negociado para intentar encontrar empresarios que quieran abrir las puertas del inmueble.

En una situación similar estuvieron tanto el Caserón de La Piñera, en Morcín, como el albergue de El Florán, en San Martín del Rey Aurelio. El Caserón de La Piñera fue rehabilitado por el Ayuntamiento de Morcín con una partida de 200.000 euros del plan regional anticrisis para convertirlo en hotel rural. El pasado año salió a concurso la gestión y equipamiento y no hubo ofertas. Mediante procedimiento negociado se encontró a un empresario local que ha asumido la gestión, pero las obras de adecuación del caserón, que se convertirá en hotel-spa, van con retraso y no podrá abrir para este verano.

Tampoco ha abierto de momento el albergue de El Florán, uno de los establecimiento con mayor capacidad de las Cuencas, con 90 plazas. El Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio lo rehabilitó en 2011 y tras dos concurso fallidos finalmente se adjudicó este año a la empresa Remis y Castedo, que aún no lo ha abierto.