Por segunda vez, Indalecio Blanco se quedó a las puertas de coronar el Acocangua, la cumbre más alta de Sudamérica. Las condiciones climáticas impidieron que llegase a la cima y resarciese de su anterior intento fallido, en el que se sintió indispuesto a escasos metros de la cumbre. No obstante su tesón y empeño son admirables y por eso la alcadesa de Langreo, María Fernández, ofrecerá una recepción al montañero esta tarde a partir de las 14.00 horas en el Ayuntamiento de Langreo.

Blanco, que posee una discapacidad del 65 por ciento, por una parálisis cerebral, llegó a Asturias el pasado miércoles junto a Rosa Fernández, que fue la encargada de acompañarle en su intento de hacer cumbre.

La expedición al Aconcagua, el techo de los Andes con una altura de 6.960 metros, tenía también como objetivo recaudar fondos para la ONG "Mensajeros de la Paz", que trabaja en la puesta en marcha de comedores infantiles. Sin obviar el hecho de que esta expedición pretendía mostrar también el afán de superación de Indalecio Blanco.

El acto servirá como un reconocimiento público a la entrega de este montañero de 42 años que comenzó su pasión hace ya 22 años, cuando se entrenaba para participar en las Paraolimpiadas de Barcelona de 1992 y descubrió su pasión por la montaña haciendo pequeñas rutas.