El proyecto en el que participa el Centro Europeo de Soft Computing para la fabricación de novedosos paneles que emplean al 50% madera reciclada y madera de álamo que normalmente es infrautilizada, ya da resultados en Italia. Así lo han destacado desde la entidad mierense, que participa en el proyecto con el diseño de sistemas de visión artificial de una parte del proceso de producción. Los primeros tableros con el nuevo material ya se fabrican en Coniolo (Italia) y una delegación del Centro Europeo de Soft Computing viajó la semana pasada hasta allí para visitar las instalaciones y participar en una feria.

El proyecto, denominado I-PAN (Innovate Popular Low Density Structural Panel), que está liderado por la empresa italiana Imal, líder en máquinas de procesamiento de madera, arrancó en octubre de 2012 y ha alcanzado su ecuador. Por ello, la firma citó a sus socios a una reunión para hacer una revisión intermedia del proyecto. Además del Centro Europeo de Soft Computing, también participan siete empresas de Italia, Alemania, Grecia y Rumanía y la Universidad de Milán. Además, los socios pudieron conocer de primera mano cómo se fabrican los primeros paneles y asistieron a la feria XileXpo, que se desarrolló en Milán entre los días 13 y 17.

La iniciativa cuenta con un presupuesto de algo más de cuatro millones de euros y, en el caso del Centro Europeo de Soft Computing del campus de Mieres, su trabajo se centra en el desarrollo de un sistema de visión artificial que monitoriza y controla el proceso de mezcla de madera y resina, y la adecuada orientación de los fragmentos de madera en el panel. En particular, tal y como explicaron desde la entidad mierense, "se emplean técnicas de reconstrucción tridimensional para optimizar la distribución de la resina en hilos, y visión bidimensional para determinar las orientaciones relativas de los múltiples fragmentos de madera que conforman el panel, permitiendo conseguir las propiedades físicas de ligereza y resistencia deseadas". Y es que el sistema de visión artificial evalúa la cantidad de madera que cae en la cadena de producción para definir cuánta resina hay que echarle, además de asegurar que las tablas caen en una orientación adecuada para que el tablero tenga buena resistencia. En estos sistemas de visión artificial, el Centro Europeo de Soft Computing se basta de las técnicas de lógica difusa.

Una de las ventajas de este innovador proyecto es que permitirá ahorrar energía y reducir las emisiones de CO2 en el proceso de fabricación de los paneles. Asimismo, se minimiza el uso de pegamentos tóxicos y se valoriza tanto la madera reciclada como algunas maderas previamente desechadas. Y es que los paneles están desarrollados a partes iguales con madera reciclada y madera de álamo de la parte superior del árbol, que normalmente se infrautiliza. Todo ello supone un ahorro económico.