El prau de Castandiello vivió ayer una jira "como las de antes", con mucha gente. El tiempo respetó a los romeros que, a lo largo de la tarde, fueron subiendo, progresivamente, hasta la emblemática finca, desde la cual se ve toda La Felguera. La sidra y el calimocho corrieron en abundancia por las venas de los asistentes, y el agua, por encima de sus cuerpos, con el objetivo de mitigar el calor.

Las fiestas de San Pedro vivieron ayer su última jornada a lo grande. Era la espuela. Ya por la mañana se comenzó a repartir, entre los socios, el bollu preñáu y la botella de vino, de los que se darían buena cuenta por la tarde. Durante toda la mañana y la tarde la charanga El Felechu animó las calles de La Felguera, instando a los vecinos a ponerse ropa cómoda, coger la merienda, algo de beber y a subir la empinada cuesta que llega hasta Castandiello.

A las seis de la tarde estaba prevista la reunión de peñas en el parque de Pinín, pero lo cierto es que cada una de ellas se reunió en su propio local -bares, sidrerías, bajos-, desde donde desfilaron, poco a poco, hasta el prau de la fiesta. Entre los primeros en llegar a la finca estuvieron los omnipresentes componentes de la charanga "El Felechu", que tocaron todo tipo de grandes éxitos veraniegos, como "Vivir mi vida", de Marc Anthony o "La ventanita", de Sergio Vargas. La entrada principal al prau de la jira de San Pedro se encuentra en su parte superior. En esta zona del recinto de la jira, la sidra corría a raudales. Pero a medida que se descendía por el prau, la edad media de los romeros iba descendiendo, y la bebida preferida, cambiando. Pese a la inclinada pendiente, algunos de ellos jugaban al fútbol. El resultado era muy claro: calimocho 5, sidra 0.

En los dos laterales del prau de Castandiello se instalaron las familias con niños más pequeños y personas más mayores, y que tenían más ganas de merendar una buena tortilla o una empanada que de tomarse un vino o unos culetes de sidra. A uno de los laterales la tranquilidad le duró poco, porque allí se instaló un tobogán -consistente en una larga tira de lona y mucho agua con espuma- por el cual los romeros empezaron a deslizarse a toda velocidad.

En la jira de Castandiello hubo mucha diversión, pero también margen para la reivindicación social. De esta forma, una de las peñas asistentes estaba formada por gente perteneciente a la Asociación pro Piscinas al Aire Libre en Langreo, que con sus camisetas reclaman la apertura de las instalaciones de Riaño y Pénjamo.

Tras la jira, en la plaza Setsa, se celebró la fiesta de la espuma. Por la noche actuó la orquesta "Alto Standing", en cuyo descanso -a las doce de la noche- se celebró el espectáculo de fuegos artificiales. La música de la orquesta cerró las fiestas. Para hoy queda el día del niño, con descuentos en el recinto ferial.