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La restauración de La Matona, sin prisa

Hunosa dilata la recuperación de la mina a cielo abierto situada entre Mieres y Langreo porque la utiliza para depositar los escombros que se generan en los pozos de la compañía

Arturo Zapico señala una zona sin restaurar de la mina de La Matona. FERNANDO GEIJO

Hunosa no tiene prisa para concluir las labores de restauración de la antigua mina a cielo abierto de La Matona, la gran corta situada entre los concejos de Langreo y Mieres y que fue clausurada hace más de 14 años. Fuentes de la compañía estatal minera precisaron que la recuperación de los terrenos "está programada con un marco temporal mucho más amplio" que el de otras explotaciones porque "la antigua mina exterior se está utilizando para dar cobertura a las tareas mineras de la empresa".

En concreto, Hunosa utiliza la antigua explotación a cielo de La Matona como depósito de escombros de mina, la tierra que se extrae con el carbón. Ese material se utiliza para rellenar los huecos de la antigua mina a cielo abierto y avanzar en la recuperación de los terrenos. "La restauración avanza más lentamente por razones operativas. Si el depósito se completara más rápidamente nos encontraríamos con un problema para almacenar el escombro que se genera en la actividad minera. De esta forma, las labores de restauración van acompasadas con las labores mineras", señalaron fuentes de la empresa estatal Hunosa, que destacaron también la dificultad que tendría encontrar un nuevo depósito para esos materiales.

Desde Hunosa se destaca que el programa de restauración de La Matona, con su amplio calendario, cuenta con el visto bueno de las autoridades regionales. "Aunque la programación de la restauración de La Matona tenga un marco temporal más amplio, el compromiso con su restauración es firme", señalaron desde Hunosa.

Según señala la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), accionista universal de Hunosa, la compañía minera gastó en el último ejercicio 13,6 millones de euros en actuaciones medioambientales. Además destaca que Hunosa "dedica gran parte de su esfuerzo medioambiental todos los años a la restauración de las explotaciones mineras clausuradas". En el caso de La Matona, durante el pasado año se utilizó un volumen de 116.745 metros cúbicos de estériles, tierras y rocas limpias para rellenar el hueco minero de la antigua mina. De no utilizarse para rellenos, esos materiales serían clasificados como residuos de mina y deberían gestionarse como tales, lo que incrementaría los costes, según destacan desde la SEPI.

Los trabajos de restauración no solo se centraron en La Matona, también se completó la reforestación de la antigua mina a cielo abierto de La Mozquita, la otra gran corta de Hunosa entre los concejos de Langreo y Mieres y que en este caso ya no se utiliza como depósito. Según se destaca desde la SEPI, el proyecto de repoblación forestal de La Mozquita finalizó el pasado año, cuando se adecentaron 4,98 hectáreas de terreno y se plantaron 16.054 árboles. Fue el colofón a unas actuaciones en las que en conjunto se rehabilitaron 49,73 hectáreas con un total de 32.108 plantaciones de árboles.

Hunosa comenzó en 1977 a explotar minas a cielo abierto en los cordales de las Cuencas dentro de los planes de acceso a nuevos yacimientos y reducción de costes. Las mayores cortas se localizaban en los montes que unen Langreo y Mieres y ocupaban casi 800 hectáreas de suelo. San Víctor, La Matona, La Mozquita, Coto Bello, La Braña del Río, L´Abeduriu y El Cantil eran las principales explotaciones en las que se llegaron a extraer 821.000 toneladas de carbón anuales (una producción superior a la actual en los seis pozos subterráneos de la compañía, que apenas supera a las 600.000 toneladas brutas) pero con un alto impacto ambiental y paisajístico. Los planes de ajuste del sector del carbón y la presión social y política por los impactos ocasionados por la actividad llevaron a Hunosa a cerrar las minas a cielo abierto el 31 de diciembre de 2000. Se iniciaron entonces unos planes de restauración de los terrenos afectados que aún no están completados, en parte, "por razones operativas".

A pesar de todo, Hunosa está dispuesta a retomar la actividad extractiva de exterior y solicitó al Principado la concesión de cuatro permisos de sondeo para explorar las reservas de carbón en las Cuencas que sean susceptibles de ser explotadas a cielo abierto. La idea es combinar la extracción de carbón en los pozos con las minas a cielo abierto, cuyos costes de explotación y necesidades de personal son más bajos. Todo ello encaminado a tratar de alcanzar la rentabilidad en la empresa. Hunosa ha establecido cuatro áreas de estudio: San Juan (Mieres, en la Güeria de San Juan, el entorno de los antiguos pozos Polio y Tres Amigos, dando continuidad a las explotaciones a cielo abierto que ya existieron en la zona); Los Artos (San Martín del Rey Aurelio, en la parte alta del valle de La Güeria, en el entorno de antiguas minas de montaña); Pontones (en Aller, en el valle del río Negro, donde estaba la vieja mina de Los Pontones) y Esperanza (en el límite entre Morcín y Mieres, en el entorno de la antigua mina Esperanza, entre los pozos Nicolasa y Montsacro).

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